TEHUANTEPEC, Oaxaca.- Los Viernes de Cuaresma es una tradición católica. Los barrios de Tehuantepec se reúnen días previos para deshojar y desgranar la mazorca para empezar a preparar los tamales que se habrán de repartir el jueves entre los invitados.
El aburrimiento no tiene cabida en esta actividad, pues mientras se deshoja la mazorca las mujeres dan vida a esta peculiar tradición con divertidas ocurrencias, juegos chuscos y otros.
Rómulo Jiménez Celaya comenta en sus crónicas de Tehuantepec que son las señoras las que llevan a cabo la deshojada y después la desgranada de la mazorca. Y mientras realizan esta actividad se divierten.
Es una tradición que escondan entre la espiga un juguete con alegoría de un miembro viril y la primera que lo encuentre lo levanta sobre su cabeza y lo muestra a todas; las señoras festejan con grandes carcajadas y comentarios atrevidos.
Las mujeres son las que siempre están en escena, los hombres solo tienden a obedecer cada vez que las féminas lo soliciten y después se retiran en donde no puedan observar lo que ellas hacen, pero si lo hacen son reprimidos con llamadas de atención.
En otra mesa, deshojan en rectángulos las hojas del árbol de plátano, y con la corteza seca elaboran varias tiras que permitirán envolver y amarrar los tamales.
Mientras se deshoja la mazorca, juegan a la muñeca, y quien no hace bien la entrega del juguete es acusada con la policía, mujeres que las sehelashunas nombran durante el juego, para que sean llevadas a la mesa donde está la parte acusadora para hacer efectivo el castigo, consistente en un sorbo de mezcal.
El jueves se matan las iguanas y se prepara el mole negro, y en la madrugada del viernes se llevan a moler todos los ingredientes para la preparación de los tamales, y empiezan a freír el pescado.
