TEHUANTEPEC, Oaxaca.- La viejas casonas de adobe y teja a punto de caer son comunes en el primero cuadro de la ciudad, no hay calle sin al menos una vivienda con daños en su estructura y con un alto riesgo de colapsar.
Varias de estos inmuebles, testigos mudos de la historia de Santo Domingo Tehuantepec, son rentados como locales para negocios y sus propietarios no les han hecho mantenimiento en muchos años, según se pueden observar a simple vista.
Una de las propiedades que presenta mayor riesgo de colapsar es la histórica casona donde, se dice, habitó Remigio Toledo durante la intervención francesa, la propiedad deja al descubierto parte de su estructura colonial y vistosos diseños en ruinas.
Sobre la antigua construcción no hay ningún señalamiento como vivienda en riesgo, y por el corredor se aprecian varios locales comerciales donde la gente acude a realizar alguna sus compra o vender algún producto.
Las distintivas casas de adobe de los barrios históricos de Santo Domingo Tehuantepec, que datan del siglo XVI, llevan mucho tiempo amenazados por el abandono.
De acuerdo con las condiciones que presentan, una lluvia intensa o un sismo superior a los 5 grados podrían originar su derrumbe.
En agosto de 2019, las lluvias de ese año provocaron el desprendimiento del techo adobe de una vivienda histórica, ubicada en pleno centro de la ciudad.
La propiedad está dentro del corredor histórico y funcionaba como una institución bancaria. La propiedad presenta un mayor daño en la techumbre, ya que es una construcción de adobe y teja, las primeras que se construyeron en el municipio.
Un hecho más reciente se registró este año con el colapso de un techo de una las casas ubicadas en pleno centro de la ciudad, el colapso dejo una persona lesionada.
El presidente de la asociación civil, “Amigos del Centro Histórico” José Carmona, asegura que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene un catálogo de 334 casas antiguas en Tehuantepec, la mayoría son de particulares, de las cuales, la mitad de ellas hasta antes del terremoto estaban deterioradas por falta de mantenimiento.
Precisó que en el 2017 se contemplaron 221 casas antiguas dañadas por el terremoto. Del total de viviendas con daños en su estructura algunas fueron demolidas con el consentimiento de sus propietarios, y otras reparadas por la Fundación Alfredo Harp Helú.
