TEHUANTEPEC, Oaxaca.- El taller Guchachi preserva una gran tradición prehispánica de hombres y mujeres dedicados a la elaboración de figuras de barro, un oficio que se va perdiendo con el paso del tiempo.
El artista autodidacta Samuel Gutiérrez dijo que desde que inicio el taller, ha visto mucho talento en los alumnos en la elaboración de diversas piezas de barro con una enorme calidad artística, "se ve que tienen un gran futuro por delante en esta rama del arte, como es la escultura modelado en barro".
La idea es poder dejar más artistas, y en un futuro trabajar en conjunto para desarrollar exposiciones colectivas y así crezca la alfarería, ya que cada vez hay menos artesanos, pues quienes saben no han fomentado su aprendizaje en las nuevas generaciones.
Sam Gutiérrez, como es conocido en el ambiente artístico, señaló que con los talleres busca que crezca el arte de modelar el barro para no dejarlo morir, así como sucedió en su momento con el tanguyú, muñecas de barro que le dieron fama al barrio de Vixhana, y que hoy solo queda el son.
En Santa Cruz Tagolaba, sobre todo, en el domicilio donde se imparten los talleres se han encontrado muchas vasijas de tipo trípode, figuras en forma de cenicero o incensario de tres soportes, algunas con cabezas de serpientes, águilas y otras iguanas. Esto era prácticamente el sello de la cultura prehispánica, comúnmente vistas en las vasijas, y en otros objetos que se utilizaban en aquéllos tiempos, expresó.
Las figuras encontradas presentan una textura gris, bien podrían ser por la forma en que se quemaron las piezas, hubo mucha ceniza o el tipo de leña, ya que hay variaciones de uno y otro, indicó.
Destacó la importancia de que los padres de familia empiecen a fomentar en sus hijos el gusto por el arte, y desde pequeños los lleven a los talleres que se ofrece en la ciudad, ya sea de arte, pintura, danza, música o cualquier otro donde puedan desarrollar la parte creativa.
