Pasar al contenido principal
x

Xandu': los zapotecas honran a sus difuntos

Foto(s): Cortesía
Amando Orozco

JUCHITÁN, Oaxaca.- Las comunidades indígenas zapotecas siguen siendo los bastiones más importantes que han logrado mantener con vida el culto hacia los muertos, ante la influencia de otras tradiciones culturales.

En los pueblos hay tradiciones que han logrado mantenerse y fortalecerse como es el caso del Xandu’ en Juchitán, la tierra de los binnigula’sa’ que honran a sus muertos los días 30 y 31 de octubre con coloridos altares y la fotografía del difunto.

Se trata de una ceremonia relacionada íntimamente con la comida y el recuerdo a los parientes difuntos y que tiene precisamente como intención principal mantener vivo el recuerdo a los seres queridos fallecidos.

En las casas nuevamente predominó el color del cempasúchil, el color del fuego de las velas, el olor a la comida y la bebida que les gustaba a los parientes que se nos adelantaron, y que fueron recibidos con incienso y rezos. Todo en un sincretismo religioso.

Hay quienes consideran que en el caso de las ciudades, conforme avanza el proceso generacional, muchos hogares se alejan de la tradición del Xandu’ por el predominio de la información comercial y de las nuevas tecnologías.

“La televisión, radio, cine y en especial Internet, de repente hace olvidar la costumbre de recordar a nuestros muertos y para muchos resulta más divertido el Halloween de los gringos”, señaló el doctor Margarito Aquino López, quien impulsó la elaboración de un altar frente al panteón “Miércoles Santo” para honrar a los muertos que se fueron sin despedirse.

De ahí la vital importancia que tiene que en las comunidades indígenas siga viva la tradición de recibir a nuestros familiares y amigos, tal y como se acostumbra con rezos a los difuntos poniendo en el altar tamales de mole negro, entre otros platillos regionales.

Día de Muertos

Xandu’, nombre que deriva de la festividad católica de Todos los Santos. Para celebrar esta ceremonia, cuya organización suele estar a cargo de las mujeres, las familias se preparan desde nueve días antes, en cada uno de los cuales se hace un rezo; al final, se reparte entre los asistentes productos como chocolate, pan, atole, licores o cigarros.

Según la creencia local, cuando sopla el frío bii yoxho (viento viejo) es la señal de que las ánimas han comenzado a volver desde el Paraíso.

De acuerdo con la tradición, el viaje hasta el más allá toma tres meses, por lo que solo regresarán las almas de quienes hayan fallecido antes de agosto; quienes fallecieren después, deberán aguardar a ser recibidos en aquella región y emprender el viaje de retorno en compañía de todas las ánimas el año siguiente.

Los días más importantes de la ceremonia son el 30 y 31 de octubre y el 1 de noviembre. En la primera noche se espera a las almas de los pequeños difuntos, mientas que en la segunda se recibe a los adultos.

A lo largo de ese periodo, familiares y allegados se visitan mutuamente e intercambian entre sí alimentos, bebidas y otros dones.

El 2 de noviembre, los altares se desmontan y las ofrendas se reparten entre vecinos y familiares, con lo cual finaliza el Xandu’.