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COVID-19 no impide tradición zapoteca en Juchitán, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- A pesar de la decisión del Cabildo juchiteco de no permitir la concentración de personas en el Panteón Domingo de Ramos por la celebración de la Semana Santa, desde la madrugada de ayer llegaron personas a querer acceder a las tumbas, pero se toparon con vallas de policías municipales.


No pasó mucho tiempo para que llegara más gente hasta formar grupos que se enfrentaron a la Policía.


Para no llegar a mayores, los encargados del retén ubicado a una cuadra de la entrada principal del panteón, recibieron la orden de ceder: dejar pasar con la condición que solo dejaran sus flores y no se quedaran en las tumbas.



En las primeras horas de la mañana, los pasillos del panteón lucían semivacíos con basura amontonada, además de escombros, aunque las piletas de agua estaban a rebosar.


Al paso de las horas empezó a aumentar el flujo de personas y se asomaron en forma tímida vendedoras de veladoras y cruces de madera en los pasillos.


Personas desconocidas financiaron spots en zapoteco en los altavoces de la Séptima Sección para anunciar que el panteón Domingo de Ramos estaba abierto hasta en la tarde y que se podía entrar.


Las vendedoras de flores se asentaron a una cuadra del panteón sobre la calle 2 de Noviembre, lo que con la llegada de personas en mototaxi originó complicaciones en el tráfico.


En la parte sur del panteón, la Policía Municipal tuvo que intervenir para exhortar a las vendedoras de dulces a levantar sus puestos apenas instalados; además, recorrió el panteón para no permitir que las personas se quedaran en las tumbas.


Nunca antes se había cancelado esta costumbre de convivir con los difuntos en los panteones.


La contingencia ha cancelado en muchos la esperanza de obtener recursos como en otros años; este es el caso de las vendedoras de cruces que reportaron que antaño vendían varios “atados” de cruces, pero que en esta ocasión apenas si venderán algunas de las cruces elaboradas por sus maridos carpinteros.


El grupo de música norteña "Los Halcones" que le fue permitido “sólo dar una vuelta”, miraba pasar la gente.


Estos músicos acudieron al panteón aún cuando ya sabían que toda celebración estaba cancelada; en otros años recuerdan que desde las 9 de la mañana ya estaba lleno el camposanto y empezaban a trabajar desde temprano hasta las 10 de la noche, cuando sus gargantas ya no podían emitir sonido alguno; pero cuando ya habían logrado recaudar hasta 2 mil pesos cada uno de los cuatro que conforman el grupo.


La tradición de celebrar con los muertos entre los meses de marzo y abril tiene reminiscencias antiguas relacionadas con el inicio del calendario ritual de los zapotecos, que con la llegada de los españoles coincidió con la celebración de la Semana Santa.



La celebración en los panteones en estas fechas es un sincretismo religioso. En la tradición zapoteca, el inicio del Año Nuevo era de varios días de recogimiento por considerarlos días funestos en la casa, en cuyo centro se enterraba antiguamente a los muertos.


Con la llegada de los españoles y la construcción de camposantos, la tradición se trasladó a los panteones, en donde se celebra un día de la Semana Santa, una costumbre tan arraigada que ni el riesgo de contagio del coronavirus ha desalentado.