TEHUANTEPEC, Oaxaca.- Las familias istmeñas aún no se reponen de la pérdida de su patrimonio con el terremoto de septiembre del año pasado, y tienen que enfrentar los costos que genera la reconstrucción de sus viviendas.
A más de cuatro meses del sismo del 7 de septiembre, cientos de familias siguen viviendo en las calles, o en el domicilio de sus familiares, mientras vuelven a levantar su hogar.
Gloria González no sabe para cuándo estará lista su casa. La etapa de la reconstrucción aún queda lejos para ella.
Su vivienda la reparan con el apoyo de toda su familia. El recurso que les dio el gobierno ni para la mano de obra alcanzó, asegura.
Cerca de su domicilio hay otras siete casas más que tuvieron daño total.
Ni la iglesia del barrio logró salvarse, dice.
Comenta que su casa era de dos plantas, pero ahora tendrá una modesta construcción de un solo nivel.
De los 120 mil pesos que el gobierno le otorgó, 30 mil están apartados para la mano de obra y 90 para la compra de materiales.
“El recurso no fue suficiente para reconstruir la casa, el gobierno quiere que hagamos maravillas con tan poquito dinero”.
Recuerda que, a unos días del terremoto, la visitaron funcionarios públicos, a quienes invitó a pasar a su vivienda para que constataran los daños.
Todos le prometieron ayuda, pero sólo fueron eso, promesas.
La familia González lleva semanas durmiendo a la intemperie, incluso a media calle o sobre el camellón, frente a lo que quedó de su casa para cuidar su material.
Al igual que la de Gloria, decenas de familias de la calle Colón, en el barrio San Jerónimo, una de las zonas más afectadas de Tehuantepec, viven en casas improvisadas con láminas para protegerse del frío mientras esperan ver concluida su vivienda.
Junto a la calle Colón hay otras arterias donde los habitantes continúan con la limpieza de sus predios, retirando el escombro o demoliendo parte de la estructura de la vivienda afectada por el terremoto.
