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Ata sismo a migrantes a su tierra en el Istmo, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- El viaje que año con año emprenden cientos de jornaleros agrícolas de Santa María Xadani al corte de caña en los campos de Nayarit, Michoacán, Veracruz y Quintana Roo está en duda, pues la reconstrucción de las viviendas que derribó el terremoto del 7 de septiembre, requiere de la mano de obra que se trasladaba a esas entidades.


Ante la falta de oportunidades de empleo en su comunidad, los llamados “cortadores”, por décadas han tenido que viajar en estas fechas -a fines de noviembre- hacia los campos agrícolas de otros estados del país, pero esta vez, debido a la reconstrucción de casas, son pocos los que planean salir de su pueblo.


Con esta situación, los cabos encargados de organizar y acompañar a los jornaleros migrantes en esta aventura que dura más de cinco meses, se están encontrando la negativa de los jornaleros, pues muchos ya trabajan en la construcción como albañiles o peones.


Humberto Jiménez Sánchez, quien ha viajado al estado de Nayarit en los últimos cuatro años, dijo que ya labora como peón, pero no descarta la posibilidad de viajar el próximo mes, pues a su regreso trae lo ahorrado durante cinco o seis meses.


“Como peón acá estoy sacando 250 pesos al día, aunque en Juchitán hay quien gana 300 pero tiene que pagar pasaje de ida y vuelta y casi sale igual”, aseguró.


Quienes tienen mayor conocimiento y son maestros albañiles cobran hasta 500 pesos por una jornada de ocho horas.


A Tepic


El 21 de noviembre del año pasado, Jesús Vicente Pin, cabo de jornaleros con más de 18 años viajando a tierras nayaritas, partió con más de 600 paisanos en una veintena de autobuses al corte de la caña para abastecer el ingenio Puga de Tepic, Nayarit.


Hoy día se ha sumado a las filas de los obreros de la construcción y desde hace un par de semanas está trabajando en la edificación de una casa en Juchitán, “si encuentra gente va viajar, y yo voy a ir con él”, señaló su esposa María, quien lo ha acompañado siempre, para preparare la comida y lavar la ropa.


Este año, el viaje está en duda pues no hay mucha gente disponible. Irónicamente el poderoso terremoto del 7 de septiembre vino a “solucionar” -aunque temporalmente- el problema del desempleo en esa comunidad zapoteca de poco más de 10 mil habitantes.


Hay quienes dicen que el próximo 4 de diciembre saldrán grupos de jornaleros -acompañados de sus esposas e hijos- hacia el estado de Jalisco; dejarán la pala y la cuchara y nuevamente tomarán el machete para laborar en el corte de la caña de azúcar.