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Amenaza Sedatu a los damnificados del Istmo, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- Los inspectores de Sedatu están mandando a los damnificados con pérdida total en sus viviendas, a los brazos de las compañías constructoras.


Su hostigamiento y amenazas han hecho que personas que pensaban reconstruir sus casas por sus propios medios y a su manera, estén entregando sus tarjetas electrónicas a estas compañías.


Por miedo a que les quiten el recurso de sus tarjetas, han preferido suspender sus planes de autoconstrucción.


Se han enterado que esto ya ha ocurrido con personas que han sido visitadas por el personal de la Sedatu y que no tienen avances en el terreno donde demolieron su casa.


Algunas personas han comprado materiales para construcción, pero el cemento no se los han suministrado. Les entregarán una tonelada a finales de este mes y la otra tonelada en febrero.


A esta situación, se suma el encarecimiento de la mano de obra. Un mes de mano de obra representa un gasto de hasta 26 mil pesos.


Ante el alto costo de hacerlo por iniciativa propia y por la escasez de mano de obra, los damnificados temen que el cemento adquirido se les pueda caducar y las varillas se les oxiden con las lluvias al no tener un techo donde almacenarlas.


Como sus vecinos han entregado sus tarjetas electrónicas, algunos damnificados, generalmente en familias en donde la cabeza es una mujer, han optado por ver opciones con las compañías constructoras, como el grupo Carso.


Cuando han erogado sólo una mínima parte de sus tarjetas, han recurrido a la Fundación del Grupo Carso para entregar sus tarjetas, ya que esta empresa ligada al magnate Carlos Slim sólo requiere para la construcción de una casa de cien mil pesos de la tarjeta.


El problema que han visto los damnificados es el tiempo en que se tardará la empresa en entregarles la casa construida, ya que a más de cuatro meses la reconstrucción a cargo de las compañías va muy lenta.


En las calles y avenidas de la Séptima, Octava, Novena, Quinta y Sexta secciones de Juchitán, así como en las comunidades de Unión Hidalgo, Chicapa de Castro, Xadani y San Mateo del Mar, las familias se refugian en espacios temporales, algunos donados y otros creados por ellos mismos en espera de un pronta reconstrucción.


Después del terremoto, los materiales para la construcción aumentaron sus precios en un 40 por ciento y no son iguales en todos los establecimiento.


Los precios varían de acuerdo a la marca; por ejemplo, antes del terremoto costaba entre mil 900 y 2 mil 300 la tonelada de cemento, actualmente cuesta entre 2 mil 800 y 3 mil 300 pesos.


Algunas tiendas tienen a la vista los precios, pero otras no, lo que resalta en todas es la leyenda: “Aquí aceptamos tarjeta Fonden” .