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"Una limosna para este pobre viejo"

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- En los últimos días del año aparece la tradición de los “viejos” o “huelus”; aunque se originó como un baile nocturno, en los últimos años la pareja vestida de viejos seguida de un grupo de música, generalmente de flauta y tambor, recorre el mercado en pleno día.


La antigua tradición del huelo es recorrer en la noche de casa en casa solicitando permiso para bailar en el patio de la propiedad. Los huelos generalmente son jóvenes disfrazados de innumerables maneras, las mujeres generalmente de traje regional y los hombres se han vestido últimamente con la figura del Presidente de la República.


“El baile era ejecutado antiguamente por hombres adultos, acompañados de amigos que tocaban indistintamente guitarras, jaranas, armónicas y marimbolas, pidiendo ‘limosna para este pobre viejo que ha dejado hijos para el año nuevo’”, rememora Tomás Chiñas Santiago.


La incorporación de jóvenes y niños en la tradición es relativamente reciente dijo el cronista, “a partir de la mitad del siglo 20, además de los adultos, los niños y jóvenes empezaron a formar sus parejas para disfrazarse de viejos y llegaban a las casas para pedir permiso para bailar a cambio de unas monedas como aguinaldo”.



Según Chiñas Santiago, la tradición viene del puerto de Veracruz por la costumbre de pedir aguinaldo de manera festiva; en el Istmo ha tomado sus propios matices: “aquí se le imprime un sello singular, al incluir en el baile la vestimenta propia de esta bella región zapoteca”.


En la ciudad, una gran cantidad de viejos caminan las calles por las noches en donde con el tiempo van cambiando sus vestimentas “ahora también se disfrazan de vedettes, de novias o de personajes de la farándula y ya no bailan la rumba, sino se mueven a la cadencia de la música de moda”.