JUCHITÁN, Oaxaca.- Luego de cancelarse el año pasado, por los sismos de septiembre, la peregrinación de los zapotecos de esta ciudad al sitio sagrado Dani Igú (Cerro del Camote) se realizará el próximo sábado.
Desde las cinco de la mañana, las personas que realizan esta caminata se dan cita en la casa de los mayordomos que en este año son vecinos de la Quinta Sección: Babel López Sánchez y Antonina Aquino Valdivieso.
Ubicado a siete kilómetros de la ciudad, el sitio Dani Igú es una referencia geográfica, ya que el cerro sirve de mojonera natural para dividir el territorio de los municipios de San Blas Atempa y Juchitán.
La mitad del cerro y una extensión de tierra son de uso común y son resguardados por la sociedad de la capilla de la Santa Cruz Igú que la mantiene limpia y vigilan para que no sea talada, invadida o se intente explotar el cerro como se hizo del lado de San Blas.
Las cruces que son dejadas en la casa de los mayordomos en la víspera, encabezan esta peregrinación, siendo cargadas por los caminantes que al pasar por los ranchos ubicados a orilla de la carretera que lleva a la agencia Alvaro Obregón, reciben agua y alimentos.
En el lugar se venera a la Santa Cruz Igú, adorada desde hace más de cien años por un grupo de campesinos cuyas tierras colindan con el sitio; sus herederos y actuales defensores del legado de sus antepasados, han denunciado la tala inmoderada de sus terrenos y la extracción de material pétreo del cerro.
Desde el trienio anterior, la mesa directiva de la sociedad Santa Cruz Igu había acudido al auxilio del Ayuntamiento para que se protegiera el lugar luego de que el cerro, de lado de las tierras de San Blas, estaba siendo explotado de material pétreo por parte de la empresa Tradeco, para construir el parque eólico de la Sedena.
Ante esto, particulares con la ambición de beneficiarse con la explotación del material pétreo, se decían dueños del cerro, siendo éste de uso común y dentro de las tierras comunales de Juchitán. La mesa directiva denunció entonces a Julián, José y Benito Guerra, como los vecinos del sitio que intentaron explotar en el lugar, de 46 hectáreas.
