Un grupo de científicos de la Universidad John Hopkins de Estados Unidos reveló evidencia contundente sobre la posibilidad de que la vida extraterrestre se esconda en las profundidades de Urano, el séptimo planeta del sistema solar, el tercero de mayor tamaño y el cuarto más masivo. Consideran que en dos de las 27 lunas que orbitan el planeta tienen océanos activos en las profundidades de sus superficies, en donde estaría la clave de la vida.
Los investigadores del laboratorio de física aplicada de la universidad estadounidense indicaron que el material es bombeado como la actividad que se presenta en los volcanes desde el interior de las lunas, donde las reservas de agua subterráneas se mantienen en su estado líquido por las fuerzas de las mareas presentes en las lunas Miranda y Ariel, según información del Daily Star.
De manera que ello se replica como lo que sucede con las formas de vida en la Tierra donde hay comunidades dinámicas de microorganismos que viven en las mismas condiciones, por lo tanto habría vida extraterrestre dentro de las dos lunas congeladas. La propuesta de los científicos surgió tras analizar los datos obtenidos en 1986 por la sonda espacial Voyager 2 que ha sido la única nave que ha viajado a Urano.
De acuerdo con el científico espacial Ian Cohen quien encabeza al grupo de investigadores, las lunas Miranda y Ariel estarían enviando partículas de plasma al sistema de Urano, el cual es un gas con carga eléctrica que puede manifestarse de diversas formas incluso como un rayo.
“No es raro que las mediciones de partículas energéticas sean un precursor para descubrir un mundo oceánico”: Ian Cohen.
Los datos son similares a lo hallado en Júpiter y en Saturno donde se confirmaron las primeras “lunas oceánicas” en el Sistema Solar. Por lo tanto, las lunas son los lugares donde hay más probabilidad de encontrar vida extraterrestre; sin embargo, los actuales datos mantienen aún a los científicos incapaces de identificar la fuente de las partículas de plasma en las dos lunas de Urano.
Pero la investigación revela el hallazgo de la vida afuera de la Tierra podría identificarse a través de columnas de vapor como sucede en Saturno, explicó Cohen, además de un proceso llamado pulverización catódica donde las partículas de alta energía golpean una superficie y expulsan otro material al espacio como las esferas oscilantes en la cuna de Newton.
Cualquiera de las dos formas crearían una corriente de partículas expulsadas de las lunas al espacio para crear ondas electromagnéticas que permitiría que la Voyager 2 detecte la actividad de vida. “Los datos son consistentes con el potencial muy emocionante de que haya una luna oceánica activa allí”, señaló Ian Cohen, quien agregó:
“Hemos estado argumentando durante algunos años que las mediciones de partículas energéticas y campos electromagnéticos son importantes no sólo para comprender el entorno espacial, sino también para contribuir a la investigación científica planetaria más amplia”, agregó el jefe de los científicos.
El Herlado
