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Depresión, no se trata de un simple decaimiento del estado de ánimo

Foto(s): Cortesía
Itzel Guizar

Agencia Reforma

Vamos a hablar de depresión, ese trastorno emocional, caracterizado por un bajo estado de ánimo y gran tristeza que interfieren con la vida diaria. 

Sus síntomas más comunes son desesperanza, irritabilidad, disminución de energía, pérdida de interés por actividades, dificultad para concentrarse, problemas para dormir, cambios en el apetito y, en ocasiones, pensamientos sobre la muerte o intentos de suicidio. 

Como ocurre con otras enfermedades, la depresión no es igual para todos y afecta de manera diferente a cada persona, según su historia, contexto y edad. 

En el mundo, este trastorno representa la cuarta causa de discapacidad en cuanto a la pérdida de años de vida saludables, revela la OMS. 

En México, ocupa el primer lugar de discapacidad para las mujeres y el noveno para los hombres. Además se estima que 9.2 por ciento de la población ha sufrido depresión, que una de cada cinco personas sufrirá depresión antes de los 75 años y que los jóvenes presentan tasas mayores.
Al conmemorar hoy el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, especialistas en salud mental explican cómo se puede desarrollar este trastorno y comparten recomendaciones para acompañar a quien vive este diagnóstico. 

Y si tú crees sufrir depresión, habla con tu familiar más cercano o con tu amigo, maestro, líder religioso, médico o terapeuta. No te lo guardes. Lo importante es hablar con alguien sobre tus sentimientos y buscar ayuda profesional. 

 
I. 'NO ES TU CULPA'

Hasta antes de la pandemia por el Covid-19, la Organización Mundial de la Salud estimaba que cerca de 280 millones de personas en el mundo vivían con depresión. 

La población con mayor prevalencia de esta enfermedad tiene entre 15 y 30 años, señala el psiquiatra Carlos Arnaud. 

"Es el momento en el que la persona entra a la escuela, donde empieza la vida laboral, donde se somete a mucho estrés".

De hecho, destaca, la segunda causa de muerte en grupos de estas edades es el suicidio. 
Ninguna depresión es igual a otra, indica el también especialista en psiquiatría de enlace, pero lo más común en esta población es la tristeza, la falta de energía y el pensamiento de muerte. 

En los hombres también es frecuente observar la irritabilidad, pues para ellos suele ser más complicado expresar las emociones. 

La depresión es una enfermedad multifactorial, y en esta etapa de la vida el estrés puede influir, como se observó durante la pandemia. 

"Estar constantemente estresado, con preocupación o estar recibiendo violencia produce cambios químicos en el cuerpo", explica Arnaud. "Empieza a cambiar el pensamiento, la conducta y las emociones, y la persona dejar de sentir y de pensar como sentía". 

Si la depresión es moderada o grave, y el paciente presenta pensamientos de muerte, es necesario el tratamiento farmacológico. 

Cuando la enfermedad es leve, podría ser suficiente la intervención en cambios al estilo de vida, alimentación, actividad física, calidad de sueño y proceso de psicoterapia.

Y toma en cuenta: no le digas a quien la tiene frases como: "Todo está en tu mente", "échale ganas" y"no seas débil". 

Para ayudar a alguien, dile: "Estoy aquí para lo que necesites", "cuéntame, no te voy a juzgar" y "no es tu culpa". 

 
II. NIÑOS Y ADOLESCENTES 

Se estima que un 13 por ciento de los adolescentes de 10 a 19 años tiene un trastorno mental diagnosticado. 

El diagnóstico de depresión en niños y adolescentes toma los mismos criterios que en adultos, pero en estas edades se pueden observar algunas características distintas, señala Cynthia Jiménez Zarazúa, psiquiatra infantil y de la adolescencia. 

Aunque muchos de estos síntomas son comunes en estas edades, en un episodio depresivo permanecen de forma constante, durante al menos dos semanas. 

Antes de la pubertad, es bastante común observar la irritabilidad. También son frecuentes los cambios abruptos en el estado de ánimo, quejas de dolores sin alguna razón aparente y problemas en el desarrollo. 

Hay un gran aburrimiento, falta de ganas de jugar y un llanto inmotivado. 

"De repente un niño llora, de la nada, y no sabe explicar la razón", explica la psiquiatra Jiménez. 
Se observa la fobia social, cuando el menor no quiere ir a la escuela y no se quiere alejar de sus cuidadores. En algunos casos, quienes ya habían dejado de usar pañal, de repente presentan un retroceso. 

En la adolescencia son comunes los cambios abruptos en la conducta y la agresividad, con comportamientos negativos hacia la autoridad. 

Puede haber incremento en el consumo de alcohol y drogas, desmotivación, aislamiento social, desinterés en el aseo personal, baja en rendimiento escolar y afectación en la autoestima. 

Es importante notar el cambio en su actitud. 

"Si hacían algún deporte o salían con amigos, ahora empieza a haber un mayor desinterés", detalla la psiquiatra. "De ser un chico social que quería salir con los amigos, de repente ya no quiso hacerlo". 

Mientras que en adultos es frecuente la pérdida de apetito y el insomnio, en adolescentes suele haber un incremento en el peso y la cantidad de horas de sueño. Suelen dormir mucho durante el día. 

Algunos casos de depresión severa requieren tratamiento farmacológico, aunque muchas veces puede tratarse sólo con psicoterapia. En caso de necesitar medicamento, se cuida mucho que no afecte sus etapas de desarrollo. 

Los especialistas de salud mental trabajan con el paciente y con los papás, y en caso de ser necesario, se realizan modificaciones en la dinámica familiar. 

 
III. DEPRESIÓN POSTPARTO

Es común que después de un parto aparezca una tristeza leve, que desaparece sola luego de una semana. Cuando los síntomas persisten o se agravan durante más de dos semanas, podría tratarse de depresión postparto. Afecta a un 20 o 30 por ciento de las mamás. 

"Puede iniciar desde las primeras semanas hasta los seis meses después del parto", señala la psiquiatra Sarith Jalil, especialista en salud mental de la mujer. 

La depresión postparto aún sigue siendo poco hablada, apunta, pues se suele pensar que es un trastorno menor, propio de mujeres débiles e inexpertas, con síntomas que todas deberían poder soportar.

Además de los principales síntomas de la depresión, estas madres suelen sentir incapacidad para enfrentar las nuevas responsabilidades y mucha culpa por ello. 

"Puede haber también resentimiento hacia el bebé u otros miembros de la familia", indica la psiquiatra,

"y algunas veces también experimentan pensamientos intrusivos y aterrorizantes acerca de lastimar a su bebé, aunque sea algo que jamás harían".

No existe una sola causa, aunque influyen las fluctuaciones emocionales del postparto y los antecedentes personales o familiares. 

En caso de ser necesario el tratamiento farmacológico, existen algunos medicamentos seguros durante el embarazo y la lactancia. 

La familia puede contribuir al cuidado del bebé para que la mamá pueda dormir, lo que ayuda mucho a la recuperación. 

IV. ADULTOS MAYORES

Se estima que entre el 5 y el 6 por ciento de los adultos mayores de 60 años padece depresión, aunque la enfermedad en esta población suele estar subdiagnosticada. 

Algo que se observa en este grupo de edad es que al llegar a esta etapa de la vida, sienten que dejan de ser productivos y creen que perdieron su valía. 

Esto, acompañado de otros factores, pudiera llevar a desencadenar una depresión. 

"Algo muy característico en adultos mayores es la irritabilidad y por eso (la depresión) es subdiagnosticada", señala Rocío Eguía, psiquiatra especializada en el adulto mayor. 

"A veces podemos tener un familiar o un conocido más irritable de lo normal y nosotros atribuimos el típico: 'ya está grande'". 

También es bastante común el cansancio. 

El tratamiento en esta población presta mucha atención al uso de antidepresivos, pues muchas personas ya presentan comorbilidades médicas. 

Se recomienda la actividad física y una rutina donde se sientan productivos. 

También se le pide a los familiares mucha empatía hacia ellos, involucrarlos en las dinámicas de la casa y enseñarles a operar el celular, la laptop o el control de la pantalla inteligente para que se sienten incluidos. 

Además, es importante preguntarles cómo se sienten, qué necesitan y cómo se les puede ayudar.