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Bullying lo convierte en despiadado as3sin0: Robert Hansen

Foto(s): Cortesía
Itzel Guizar

Nacido el 15 de febrero de 1939 en Estherville, Iowa, Robert Hansen fue un chico que sufrió “bullying” en parte de su vida. Pese a haber nacido zurdo, sus padres, Christian y Edna, lo presionaron para que utilizara la mano derecha. Esto le creó un conflicto difícil de llevar. Cuando escribía o hacía algo con la mano izquierda era maltratado. En su adolescencia los chicos del colegio lo molestaban por su excesivo acné y por un problema de tartamudez. Como reacción a esto, cuando se graduó, en forma de rechazo a su mal tiempo vivido en el colegio, quemó el autobús de la institución. Por esta razón fue al reformatorio por varios meses. A los 21 años se casó, pero su matrimonio duró pocos meses. A menudo era rechazado por las mujeres, por lo que decidió encontrar un refugio a su problema y lo encontró en la caza.

Debido a que su familia no tenía mayores problemas económicos, no era presionado para trabajar, por lo que dedicó mucho tiempo a la cacería. Pasaba horas y días en el bosque practicando esta actividad. En la década de los 60, Hansen se vio atraído por el robo. No necesitaba, pero delinquía por placer, por sentir nuevas sensaciones. Como lo dijo alguna vez, “el éxtasis de robar es algo incomparable; hacer lo prohibido y luego sentir que te persiguen no lo comparo con nada”. Ese mismo principio es el que luego puso en práctica con su actividad asesina. Debido a que era una persona problemática, su familia decidió dejar Iowa y se trasladó a Anchorage, una localidad de Alaska. Con 27 años Hansen había logrado casarse por segunda ocasión y ya tenía dos hijos. Aquella etapa de rechazo por parte de las mujeres había terminado… pero él no la había olvidado. Guardaba rencor por aquellas chicas que lo habían repudiado y en su mente rondaba la intención de vengarse de alguna forma. Sintió que la manera de tomar vendetta contra aquellas personas que lo rechazaron era maltratando a otras mujeres. Vio en las prostitutas a sus víctimas perfectas.

Las nefastas actividades de Robert Hansen aparecieron a la luz poco a poco. El primer incidente ocurrió el 12 de septiembre de 1982 cuando un par de oficiales cazaban en el valle del río Knik, lugar apartado y fuente inagotable de esparcimiento para cazadores profesionales. Ya fueran venados, ciervos, osos y cabras salvajes, de todo había, sin embargo, para John Daily y Audi Holloway no había sido un día de suerte así que antes que les cayera la noche encima decidieron regresar y tomaron un inusual atajo por la ribera del río. De pronto, de un banco de arena vieron una bota semienterrada en el suelo. Picados por la curiosidad se acercaron para descubrir una extremidad en descomposición. Les tomó unos instantes darse cuenta de la situación y se apartaron rápidamente para no alterar la escena de un probable crimen. Tomaron nota del sitio del hallazgo y pronto detectives y forenses analizaban minuciosamente el sitio.

 

 

El cadáver fue analizado en Anchorage y se determinó que había muerto por las heridas de 3 disparoso. Después de algún tiempo se determinó que en vida la mujer se llamaba Sherry Morrow de 24 años, bailarina exótica y que había fallecido hacía seis meses. El 17 de noviembre de 1981 fue vista por última vez por amigos del Wild Cherry Bar a quienes comentó que un hombre le había ofrecido $300 dólares por posar para algunas fotos.

Este inusual crimen hizo sospechar a la policía de Anchorage que tenían algo gordo entre manos. Hacia algún tiempo que se habían presentado reportes de personas extraviadas. La mayoría correspondían a prostitutas, sin embargo no se había prestado mucha atención dado que ellas tienden a ser solitarias y se mueven de un lugar a otro con frecuencia. Años después regresan al mismo lugar como si nada. Esta preocupación fue mantenida en secreto con el propósito de no alertar a los probables asesinos. Y así en entrevista con los periódicos locales negaron que el cadáver de Sherry Morrow estuviera ligado con la desaparición de otras 3 chicas. El sargento Lyle Haugsven fue el encargado de investigar los nexos entre las mujeres desaparecidas, el cadáver hallado y un par de casos sin resolver. El primero se trataba de un cadáver de mujer que se denominó Eklutna Annie por el sitio donde fue hallado. En 1980 unos obreros, hallaron los restos de una mujer en una tumba al ras del suelo cerca de la avenida Eklutna. Jamás pudo ser identificado el cadáver dado su avanzado estado de descomposición y a que los animales salvajes habían eliminado gran parte del mismo.

Posteriormente ese mismo año apareció muy cerca de Eklutna otro cuerpo semienterrado en un pozo de arena. Igualmente estaba en avanzado estado de descomposición, pero se pudo identificar como Joanne Messina, bailarina topless del lugar. Desafortunadamente Haugsven no pudo contar con pistas ni evidencia suficiente para prosperar en la captura del culpable. Pasaron los meses hasta que la noche del 13 de junio de 1983 un camionero que circulaba por el pueblo vio en el camino a una muchacha que frenéticamente le hacía señas para que parara. La mujer traía unas esposas colgando de una mano y la ropa hecha trizas. El hombre la llevó a un hotel que ella le indicó e inmediatamente después pasó a la estación de policía a reportar lo sucedido. Mientras tanto en la recepción del hotel se le permitió hacer una llamada telefónica a la muchacha.

Cuando el oficial Gregg Baker llegó al Big Timber Motel, la chica aún traía las esposas, tras liberarla ella comenzó a relatar una historia casi imposible de creer. Había sido abordada en la calle por un sujeto pelirrojo quien le ofreció $200 dólares para tener sexo oral. Una vez que comenzaron a hacerlo, el sujeto aprisionó su muñeca con las esposas a la vez que sacó una pistola. Le dijo que si cooperaba no le haría ningún daño y luego la llevó a su casa en el barrio de Muldoon. Ahí el sujeto la había violado y en un momento dado le introdujo el mango de un martillo por la vagina. Al término de todas esas crueldades le dijo que volarían a su cabaña en los bosques. Y así lo hicieron, llegaron hasta un aeroplano y mientras el sujeto metía algunas provisiones dentro del vehículo, aprovechó para salir corriendo. La prostituta sabía que su vida corría grave peligro al lado de ese hombre. Al principio la persiguió pero desistió al ver que ella hacía señas a un camionero en el camino.

 

Entonces la policía la llevó al aeropuerto del lugar, donde supuestamente se hallaba la avioneta de su atacante. Y ahí estaba el Piper Super Club azul y blanco. Después de revisar con la torre de control, se supo que pertenecía a Robert Hansen, quien vivía en la calle Old Harbor.  Dejaron a la chica en el hospital y con un pequeño grupo de oficiales, Baker visitó la residencia de los Hansen. Confrontado con los cargos que la prostituta señalaba, Robert Hansen se mostró muy molesto. Dijo a la policía que no conocía a la muchacha, que todo el día lo había pasado con unos amigos. Su esposa y dos hijos estaban de viaje por Europa. Además les dijo a los policías que "no se podía violar a una prostituta ¿o si?…". La coartada de Hansen fue verificada y no se levantaron cargos en su contra.

Las cosas se tranquilizaron hasta que apareció el cadáver de otra muchacha enterrado a ras de tierra. El 2 de septiembre de 1983 fue hallada en las riberas del río Knik quien fuera identificada como Paula Golding, muchacha de 17 años dedicada a la prostitución y al baile exótico. Había sido vista por última vez hacía 5 meses. La autopsia reveló que fue muerta por disparos de arma calibre .223. Entonces el departamento de policía solicitó la intervención de la unidad de soporte del FBI. Sabían que tenían entre manos a un asesino serial y decidieron acudir a los expertos. Fue así que el legendario profiler del FBI, el agente especial John E. Douglas se trasladó a Alaska para analizar la evidencia que le ofrecía la policía y para discutir acerca del sospechoso número uno, es decir para hablar de Robert Hansen.

Douglas estableció que el asesino elegía prostitutas y bailarinas topless porque son muy proclives a moverse de ciudad en ciudad y la súbita desaparición de alguna no levantaría mayor preocupación. Al presentársele la información respecto a Hansen, les hizo notar a los oficiales la baja estatura del sospechoso así como el hecho de que tuviera muchas cicatrices producto del acné y el evidente tartamudeo lo hacían pensar que de joven había sido objeto de burlas de sus semejantes y que con toda probabilidad había sido rechazado varias veces por las mujeres a quienes deseaba acercarse. De ese modo era seguro que tenía una autoestima muy baja y vivir en un lugar apartado era para aplacar un poco de su malestar personal. Luego, atacar prostitutas era la manera de cobrar venganza por las humillaciones vividas durante la adolescencia. Algunos oficiales conocían a Hansen y sus grandes habilidades como cazador, a lo que Douglas comentó que tal vez ya se había cansado de los borregos salvajes, los venados y osos y había cambiado su interés en otro tipo de presas más interesantes.

Otro aspecto fundamental era que Hansen podría ser del tipo de asesino que recolecta souvenirs de sus víctimas, por eso era necesario buscar minuciosamente en sus propiedades objetos pertenecientes a las víctimas. La manera de facilitar la investigación era quebrar su coartada para lo cual la policía debía apoyarse en sus amigos a quienes había de forzar a hablar so pena de ser acusados de cargos por obstaculizar la justicia. Con eso podrían descartarlo o incriminarlo pero se necesitaba actuar con firmeza.

Y en efecto, los amigos que supuestamente habían pasado el día junto a Hansen cuando la joven prostituta fue secuestrada terminaron por admitir que no vieron al sospechoso ese día. Además contaron a la policía el fraude de Hansen contra la aseguradora y otros detalles gracias a los cuales la policía pidió 8 órdenes de registro al juez. El 27 de octubre de 1983 como usualmente hace la policía, un grupo fue al trabajo de Hansen y le pidió que los acompañara a la estación para hacerle unas preguntas. Mientras tanto otros dos grupos iban a su casa y a la avioneta para cumplir las órdenes de registro.

El grupo que investigaba la casa halló numerosas armas en la casa de los Hansen, pero ninguna que pudiera relacionarse con los crímenes. Estaban a punto de terminar y marcharse cuando un oficial descubrió un escondite en el ático de la casa. Ahí encontraron diversos rifles de alto poder, así como pistolas, un mapa de navegación marcado en varios sitios, identificaciones de las víctimas, recortes de periódico y algunas piezas de joyería. Al fondo estaba el rifle Mini-14 calibre .223 con que teóricamente Hansen había cazado a sus víctimas una vez que las soltaba en el bosque.

 

En la estación de policía Hansen negó cualquier relación con los homicidios, pero abrumado por los alegatos de la policía se dio por vencido y pidió un abogado. Entonces fue arrestado bajo los cargos de fraude, asalto agravado, secuestro, portación ilegal de armas y robo. El 3 de noviembre de 1983 el jurado de Anchorage acusó formalmente a Hansen de conducta y portación indebida de armas, robo en segundo grado, fraude a una aseguradora y secuestro, guardándose el cargo de homicidio hasta no recibir las pruebas de balística. Hansen se declaró no culpable de los cargos y la fianza fue fijada en medio millón de dólares. Como se puede ver, el estado no iba a permitirle quedar en libertad ante la montaña de evidencia que se había acumulado. El resultado de las pruebas llegó procedente de los laboratorios del FBI en Washington el 20 de noviembre de 1983. Quedaba demostrado que los casquillos hallados habían sido disparados con el rifle Mini-14 incautado en la casa de Hansen.

Según denuncias, Robert Hansen fue acusado de agredir a más de 30 mujeres, sin contar a las que mató. Entre las mujeres que Hansen maltrató y violó está Cindy Paulson, quien fue testigo clave en el proceso legal en su contra. Durante su juicio se le comprobaron 17 asesinatos, aunque se cree que sus víctimas podrían llegar a 21. Las edades de las mujeres que mató están entre 17 y 41 años. Prefería a chicas de cabello castaño.

Una de sus víctimas no fue identificada. Tenía entre 20 y 23 años.

Finalmente Robert Hansen se dio cuenta que ante la enorme cantidad de evidencia en su contra, difícilmente ganaría su caso frente a la corte.  Entonces explicó su modus operandi que consistía en contratar por una suma de dinero a las prostitutas. Una vez estando ellas les decía “Muy bien, eres una profesional, lo que hacemos no te excita en nada, sabes bien que existen riesgos en lo que haces. Que esto te sirva de experiencia, para que la próxima vez elijas bien a quien te ofreces. Si haces todo cuanto te ordeno, no saldrás lastimada…”. Hansen hacía lo anterior para ver como la víctima se congelaba del miedo. Disfrutaba verlas sentirse indefensas y sometidas a su voluntad. Una vez que tenía a una mujer bajo su poder, normalmente la llevaba en la avioneta a su remota cabaña de los bosques. Ahí después de vi0larlas sin misericordia llegaba al extremo de desnudarlas y aún de taparles los ojos antes de soltarlas. Esperaba un poco a que la chica corriera y después con su navaja y con el rifle las cazaba igual que lo hacía contra un venado u oso.

Hansen falleció a la edad de 75 años en el hospital regional de Alaska en Anchorage el 21 de agosto de 2014 debido a una enfermedad persistente pero no revelada.

 

Horrores Revelados | FOTOS: Agencias