TEHUANTEPEC, Oaxaca.- A unas semanas de que el obispo Óscar Campos Contreras deje la Diócesis de Tehuantepec para ir a la de Ciudad Guzmán el próximo 24 de noviembre, conforme lo designó el Papa Francisco, dijo que todo tiene un ciclo y el suyo en Tehuantepec está por terminar.
Campos Contreras señaló que durante siete años, tiempo en el que dirigió la Diócesis de Tehuantepec, el Señor lo llevó en medio de un camino de limitaciones, servir sin más interés que impulsar la visión evangelizadora.
El jerarca católico afirmó que es hijo de obediencia: donde lo manden allí estará para apuntalar a la iglesia. Se va de la Diócesis de Tehuantepec, así como lo hizo cuando estaba en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, y fue designado para la ciudad de Oaxaca. Así es la vida de un cristiano y la de los obispos, caminar para cumplir con lo que Dios quiere.
En sus oraciones, dijo, pide a Dios que la diócesis tan querida por él, no esté lejos dentro de sus recuerdos, sino esté presente en su corazón y en sus preocupaciones.
"Yo sé que cada momento de Dios es para mejorar la vida de la comunidad, y en ese contexto, estoy seguro que esta comunidad cristiana, cuando llegue el nuevo pastor, tendrá la oportunidad de mejorar todos los aspectos que Dios va sembrando en la iglesia", señaló.
Campos Contreras aseguró desconocer quién ocupará la posición que deja; sin embargo, será conocido en su momento porque el nombramiento vendrá del Papa Francisco.
Indicó que estará hasta el mes próximo, pues el 24 de noviembre tomará posesión de la Diócesis de Ciudad Guzmán, Jalisco, de donde es originario.
Señaló que el 25 de septiembre hizo público su nombramiento, aunque el sacerdote ya lo sabía desde antes del terremoto del 7 de septiembre, pero debido a la emergencia se pospuso.
