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Mi designación me causó mucho miedo: obispo electo de Tehuantepec, Oaxaca

Foto(s): Cortesía
Redacción

El obispo electo de la Diócesis de Tehuantepec, Crispín Ojeda Márquez afirmó que su designación le provocó sentimientos encontrados, por un lado, sorpresa y alegría, por otro, “mucho miedo” por la misión encomendada en una jurisdicción devastada por el terremoto.


“Experimento temblor y temblor, ante esta gran misión recibida, sobre todo, considerando mi indignidad, mi incapacidad e ineptitud”, asentó.


En declaraciones a Guadalupe Tu Radio, una emisora de la Diócesis de Tehuantepec, el actual obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, sostuvo que el miedo obedece a los desafíos a enfrentar en su misión en la diócesis, debido a las afectaciones causadas por el sismo del año pasado, pero también “por los azotes de la pobreza y la violencia”.


Sin embargo, confió que con la ayuda del Señor y de las personas de buena voluntad, podrá superar todos los obstáculos.


Detalló que sus primeras tareas como obispo en funciones será conocer toda la diócesis y atender las urgencias, principalmente en los más de 100 templos dañados.


“Iré a cada parroquia y visitaré a todos los sacerdotes y comunidades religiosas, escucharé a todos”, señaló.


Jerarquía

El nuncio apostólico, Franco Coppola y el cardenal y arzobispo primado de México, Carlos Aguiar Retes, acudirán a la toma de posesión del obispo electo de la Diócesis de Tehuantepec, el próximo día 26.

 


Llamó al pueblo católico del Istmo pedir al Señor que le conceda salud y fuerza para hacer estos recorridos, porque ya no cuenta con la energía y vigor de la juventud.


“Tengo 65 años, 38 años de sacerdote y 7 como obispo, ya no soy un pollo que se cuece al primer hervor”, asentó.


Destacó que le gustaría contar con la ayuda de un obispo auxiliar si así lo determina el Papa Francisco, pero en caso contrario, todos los miembros de la iglesia diocesana serán sus colaboradores.


Subrayó que se respaldará en el obispo emérito de la Diócesis de Tehuantepec, Arturo Lona Reyes, con su oración, consejo y testimonio: “Él, será mi brazo fuerte”, apuntó.


También, manifestó su aprecio y admiración por los sacerdotes y religiosas de la Diócesis de Tehuantepec, por desarrollar su labor pastoral “en un ambiente social y cultural tan difícil”.


“Pero, están al pie del cañón, como soldados valientes y pastores fieles”, agregó.


Convocó a los sacerdotes y religiosas a vivir la comunión y la unidad en el espíritu del señor, porque sin ellas sería imposible realizar su misión encomendada.


Ojeda Márquez, también pidió a los cientos damnificados que dejó el terremoto no desanimarse y seguir invocando el auxilio del Señor.