JUCHITÁN, Oaxaca.- En esta población zapoteca que adora a su santo patrón San Vicente Ferrer, se creyó que su nacimiento era el día de su fallecimiento: el 5 de abril; solo hace algunos años supieron las sociedades que realizan sus festividades, que el fraile dominico nació un 23 de enero de 1350.
El santo valenciano murió en Vannes, Francia, en donde se conservan sus restos. Como la fecha de su muerte suele coincidir con la conmemoración de la Cuaresma, la Iglesia Católica consigna que el día de su festividad es movible, se realiza un lunes de la segunda semana después del Domingo de Resurrección.
Sin embargo, en Juchitán, el 5 de abril, las familias que siguen la tradición celebran a San Vicente desayunando chocolate, pan y tamales, para conmemorar su día luctuoso como respetando la festividad católica.
Una de las sociedades de las cinco que existen en la ciudad le dedicó una misa en la parroquia de Esquipulas, templo en donde se resguardan sus dos efigies luego de que el terremoto del 2017 dañara gravemente a su templo en el centro de ésta población.
También se realizó un rezo en honor a San Vicente Ferrer Peregrino, una efigie que es recibida en las casas de los fieles, ésta vez la ceremonia se llevó a cabo en la casa de los mayordomos, ambas ceremonias se realizaron con las medidas sanitarias y el número de personas fue limitado.
En la misa, los asistentes pidieron al santo patrón San Vicente Ferrer una a todos los juchitecos en estos tiempos de pandemia, además de pedir sanación para todos los juchitecos.
