TEHUANTEPEC, Oaxaca.- La impunidad solapada por un Estado marcado por la corrupción de sus autoridades, es el “caldo de cultivo” que genera la violencia, afirmó el obispo de Tehuantepec, Óscar Armando Campos Contreras.
"Ya nadie está seguro ni un su propia casa. La población no confía en sus autoridades por una mala estrategia de seguridad pública que no permite acabar con los índices de violencia que se generan en toda la región del Istmo", sostuvo el jerarca religioso.
El obispo de la Diócesis de Tehuantepec, dijo que la violencia es sinónimo del deterioro social en el que vivimos, lo cual lleva a los habitantes a cometer homicidios.
Esto significa que es muy poca la valoración de la vida por parte de aquel que dice ser cristiano, aunque sea de nombre, pero que se convierte en homicida.
En el fondo, una persona así no ha logrado un encuentro con Dios que lo lleve a vivir con sus semejantes como hermanos.
¿Cuántos homicidios se cometen por los bienes materiales? Por eso es importante, que en la familia se realice una revisión para ver qué tanto valoran y respetan la vida sus integrantes.
El líder de la Iglesia católica indicó que en la misma vida familiar hay violencia, cuando no hay comunicación entre esposos o cuando los padres abandonan a sus hijos a su suerte.
Sólo transmiten costumbres, pero no valores; entonces, es cuando vivimos el deterioro de la vida social.
No les deben entregar sólo el teléfono celular y dejar que las redes sociales los traten de educar.
Resaltó que el papel de las autoridades es no dejar pasar la impunidad, porque si se hacen de la vista gorda ante los problemas, la impunidad seguirá como el caldo de cultivo para la violencia.
Las autoridades deben hacer cumplir el Estado de Derecho que necesitamos todos para vivir en armonía, concluyó el obispo Óscar Campos.
