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Viven juchitecos una crisis de religiosidad

Foto(s): Cortesía
Gerardo Valdivieso Parada

JUCHITÁN, Oaxaca.- El sacerdote juchiteco Eleazar López Hernández, popularmente conocido como “Padre Chuy”, adscrito a la parroquia de San Vicente Ferrer, dijo que además de la falta de templos por los daños que sufrieron luego del sismo de 2017, también hay una crisis de religiosidad en los juchitecos, la cual es necesario restaurar.

El sacerdote que dirigió el Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas del Episcopado Mexicano en donde laboró cuarenta años, fue llamado por el Obispo de la Diócesis de Tehuantepec, Crispín Ojeda Márquez, para que regrese a servir en su población de origen.

“El retornar aquí, me vuelve a conectar con la raíces, y voy descubriendo cosas muy importantes, yo percibo que hay un deterioro de las cuestiones religiosas, lo veía físicamente, el temblor además de destruir muchas casas, destruyó la mayoría de los templos, y el templo de San Vicente Ferrer se vino abajo: se cayeron las torres, se dañó el presbiterio, no está en condiciones de ser utilizado, está en restauración”.

Añadió que además de restaurar lo material, también se debe atender el alma, lo espiritual: “sí, hay que reconstruir ese espacio físico porque hace falta, pero más que el espacio físico hay que reconstruir el espíritu de las personas, el alma de las personas”.

El que fuera asesor del Consejo Episcopal Latinoamericano, además de ser un experto teólogo comprometido con las causas indígenas, dijo que en la labor de atender lo espiritual no se debe hacer a un lado la religiosidad popular “que es una síntesis de lo antiguo y lo cristiano”.

“La religiosidad popular se manifiesta en el Viacrucis, porque es en las calles, no es dentro del templo, sale de un templo para llegar a otro, pero todo el proceso es en la calle, la religiosidad popular considera el espacio mayor como el espacio sagrado, donde Dios camina, donde hace su obra”.

 

 

Dijo que la mayoría de las personas desconocen por qué se hacen ciertas manifestaciones de la religiosidad popular “y están deseosos de saber las explicaciones de por qué se hacen las cosas y ahí es donde puedo ayudarlos a reencontrar los sentidos por los cuales se hacen estas tradiciones, que tienen que ayudarnos a hacer mejores personas”.

Agregó que no sólo es cumplir porque se hizo una promesa en esta Semana Santa “sino es activar la fuerza espiritual para que las relaciones entre nosotros sean mejores, relaciones de hermanos, de personas que se respetan, que se apoyan, pero también buenas relaciones con la naturaleza, con las plantas, con los ríos, con todo lo que da vida, porque hace falta encontrarnos en armonía con la naturaleza”.

 

“Sí, hay que reconstruir ese espacio físico porque hace falta, pero más que el espacio físico hay que reconstruir el espíritu de las personas, el alma de las personas”.

Padre Chuy.