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Por despojo, Ikoots han sido hostiles con Santa María del Mar

Foto(s): Cortesía
Itzel Guizar

Gerardo Valdivieso Parada

JUCHITÁN, Oaxaca.- Luego de la realización del Festival de los Pueblos del Mar en San Mateo del Mar, el cual fue convocado por el Centro Coordinador de San Mateo del Mar del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI), usuarios de redes sociales cuestionaron la ausencia de Santa María del Mar.

El martes, en el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, los pueblos de San Francisco, San Dionisio y el San Mateo del Mar compartieron sus danzas, música, artesanías y medicina tradicional, pero se notó la ausencia del pueblo vecino de Santa María del Mar.

Uno de los participantes informó que el INPI de San Mateo del Mar invitó a la comunidad de Santa María del Mar para que participara con alguna actividad cultural, pero no se tuvo respuesta a la invitación.

Durante el encuentro se mencionó a Santa María como parte de los pueblos del mar y que el festival se seguirá haciendo como una forma de diálogo entre los pueblos “para que las empresas eólicas transnacionales y ahora el corredor  transoceánico nos quieran seguir dividiendo”, dijo uno de los danzantes ikoots.

Santa María del Mar, disminuida y aislada

Santa María del Mar era un municipio libre hasta que en 1930 fue suprimido como municipio y su cabecera fue cambiada. El exagente municipal, Tarcisicio Jiménez José, contó que en el pasado Santa María del Mar pertenecía a la jurisdicción de San Francisco del Mar.

Dicho municipio les exigía hacer tequio, por lo que tenían que atravesar la laguna inferior para trasladarse a su cabecera para colaborar con sus responsabilidades como agencia, en cambio, nunca vieron reflejado ningún beneficio para la comunidad en reciprocidad, por lo que decidieron cambiarse al pueblo zapoteco de Juchitán. El cambio se dio en 1946. 

En el 2009 la asamblea de Santa María del Mar acepta firmar un contrato con la empresa española Preneal para arrendar 2 mil hectáreas de sus tierras para la instalación de una parte de un proyecto eólico, en agosto de ese mismo año pobladores de San Mateo del Mar invaden más de mil hectáreas del polígono del futuro parque asegurando que son suyas ya que ahí realizan sus rituales.

De las hostilidades 

En octubre, Santa María inicia un litigio para la restitución de las tierras invadidas ante el Tribunal Unitario Agrario (TUA), que luego de tres años resuelve a favor de Santa María, tras varios recursos de revisión tramitados por San Mateo, el TUA dio una resolución definitiva a Santa María sin que hasta ahora San Mateo haya devuelto las más de mil hectáreas.

En este pleito por la posesión de las tierras, la agencia vecina de Santa Cruz procedió a cerrar el camino de salida, además de hostigar a los ranchos de Santa María haciendo incursiones para quemar chozas y robar ganado, además de tirar los postes y robarse los cables de energía eléctrica. San Mateo no permitió siquiera que después del terremoto pudieran entrar víveres al pueblo vecino.

En el 2020, cuando a la única agencia ikoots de este municipio le fue autorizado una granja solar, la Asamblea de Pueblos de San Dionisio del Mar bloqueó el traslado de los materiales por su territorio para exigir que Santa María eliminara todo indicio de parque eólico en su territorio.

Una parte radical de la Asamblea de Pueblos de San Dionisio no contenta con que Santa María accediera no aceptar cualquier desarrollo eólico, exigió que esa negativa estuviera asentada en un acta de asamblea legalmente constituida y en el Registro Agrario Nacional (RAN) en donde expresamente solicitaran la cancelación del contrato de usufructo con cualquier empresa eólica.

La postura

Ante este pasado hostilidades de sus pueblos hermanos, se comprende que la comunidad de Santa María del Mar, aislada y con la mayoría de su población exiliada reduciéndose a unos cientos de personas, no haya hecho caso a la invitación de este encuentro.