SALINA CRUZ, Oaxaca.- A pesar de no tratarse de una tradición cuyos orígenes se remonten a alguno de los pueblos originarios de la región del Istmo de Tehuantepec, la "quema del Viejo" al filo de la media noche el 31 de diciembre, al finalizar el año, es una actividad que ha encontrado arraigo entre la comunidad adulta y adulta mayor de esta ciudad, sin embargo, esta colorida y divertida práctica amenaza con desaparecer, ante la apatía ciudadana y el desdén oficial para fomentarla.
En ese sentido, Jorge Vidal, vecino de Santa Rosa, señaló que un pequeño grupo de jóvenes, en medio del alboroto propio de la edad, hizo un “Viejo” con restos de ropa, zapatos y una mascareta que rellenaron de aserrín y viruta con algunos "cuetes" y juegos pirotécnicos buscando de alguna forma preservar esta tradición que se ha hecho istmeña, pero que amenaza con desaparecer por el desgano de las nuevas generaciones.
Por su parte, Francisco Carlock Villalobos, avecindado en el puerto desde hace más de 70 años, relató que la quema del “Viejo” en su comunidad de Morro Mazatán, Tehuantepec, la vienen practicando desde su infancia y mucho antes. "Se hacía a la media noche del día 31 de diciembre para despedir al Año Viejo que se va y recibir el Año Nuevo que viene, niños, jóvenes y adultos participábamos y entre todos armábamos la figura.
Desafortunadamente está costumbre se ha ido perdiendo, no toda costumbre se hace ley, como dice un criterio, opinó el ex síndico municipal. "Ya se ha dejado de ver en el puerto como antaño esta figura del 'Viejo', inclusive mis hijos y nietos ya no han continuado con esta tradición de la cual, cuando fungí como concejal, ni el Ayuntamiento ha gestionado alguna acción que preserve las costumbres que pusieron en práctica nuestros padres y abuelos, agregó.
