Angel Mendoza
TEHUANTEPEC, Oaxaca.- Los panteones se preparan para abrir para la celebración del Día de Muertos, cuidando los protocolos sanitarios. El municipio se mantiene en semáforo naranja de riesgo alto; aún así, se espera una gran afluencia de visitantes.
Este año sí habrá, en el interior de los panteones, venta de flores; la Dirección Municipal de Panteones se organiza para evitar la aglomeración de personas, sobre todo el 2 de noviembre, cuando se espera una mayor afluencia.
El director de Panteones, Odel Pacheco Villalobos, informó que ha estado coordinando las tareas de mantenimiento y preparación para esta tradicional ceremonia, que regresa tras la suspensión el año pasado.
Dijo que cuidar el tema de salubridad es importante para reducir los contagios de COVID-19 en Tehuantepec. Invitó a la población que acudirá a los panteones a llevarle flores al ser querido que se adelantó al viaje sin retorno, asista con su cubrebocas y usar gel antibacterial; "vamos a contar con la presencia de elementos de Protección Civil, corporaciones de seguridad públicos para hacer de esos días de dolor y alegría, agradables".
Los cementerios se ubican en los barrios de Guichivere y Santa María-La Soledad, los cuales estarán abiertos desde las ocho de la mañana a las cuatro de la tarde, los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre.
Festejar a los muertos se remonta a tiempos antiguos; los panteones municipales esperan recibir el 31 de octubre sus primeras visitas de deudos, por lo que la Dirección de Panteones empezó a realizar limpieza de los camposantos.
No habrá visitas en las noches, como se acostumbra el 31 de octubre previo a Todos Santos; sólo durante el día.
El Día de Muertos se celebra de distintas formas en todos los estados del país; son las tradiciones y costumbres de cada región las que se encargan de darle color y matices a este festejo.
El 1 de noviembre suelen oír música de banda amenizando el ambiente, posteriormente rezan un rosario en la tumba de la persona querida en el día de Todos los Santos, y el 2 de noviembre está dedicado a los finados adultos, afirmó Rómulo Jiménez cronista de la ciudad.
Desde la llamada “evangelización” de los dominicos se implementaron las celebraciones a los fieles difuntos, como resultado del culto a los muertos que ya tenían los pueblos indígenas y las oraciones dirigidas a Dios, a la Virgen o a los santos de la iglesia, según la costumbre católica.