TEHUANTEPEC, Oaxaca.- Las lluvias y los movimientos telúricos dejan en estado de riesgo viviendas antiguas en el primer cuadro de la ciudad. Esta situación pone en peligro a los ciudadanos que transitan diariamente por algunos de los espacios catalogados como de alto riesgo.
Al menos una decena de casas con valor histórico, asentadas en el centro de la ciudad y alrededores, están a punto de colapsar. Algunos de los espacios donde se ubican son considerados como paso peatonal y de tránsito.
En un recorrido por la ciudad, uno puede constatar que el inmueble ubicado sobra la Calzada Ignacio Zaragoza, en el barrio Jalisco, a pocos metros de San Blas Atempa, se encuentra una casona antigua prácticamente abandonada por sus propietarios; la vivienda cada vez se encuentra más inclinada y los puntales que la sostenían, algunos fueron robados y otros se pudrieron con el paso del tiempo.
En la vialidad, diariamente circulan cientos de motocarros que vienen de San Blas Atempa a Tehuantepec, así como decenas de vehículos particulares y ciudadanos en general.
"Es una lástima que viviendas antiguas se vengan abajo, ya que Tehuantepec cada vez pierde su aspecto colonial con tantas casas destruidas y otras colapsadas por las lluvias y los terremotos", dijo José Carmona, presidente de la asociación civil Amigos del Centro Histórico.
Otras de las viviendas abandonas y que representan un riesgo para los ciudadanos es una vieja casona con techo de adobe y lodo, es una de las primeras construcciones en el municipio y las autoridades y comerciantes allí establecidos no miden los riesgos.
Dicha propiedad fue habitada por el coronel de Tehuantepec, Remigio Toledo durante la intervención francesa, de quien Francie Chassen-López, describe en “Mujer y poder en el siglo XIX. La vida extraordinaria de Juana Catarina Romero, cacica de Tehuantepec”, sostuvo una relación de pareja con Juana Catarina Romero.
Otro de las inmuebles con mayor riesgo se encuentra en el centro de la ciudad, sobre la calle Prolongación Hidalgo. La construcción fue, hasta hace algunos años, un almacén de ropa, pero los constantes sismos casi destruyen el lugar. El encargado de Protección Civil, Antonio Ríos dispuso desde hace unos días acordonar el lugar con cinta roja, de alto riesgo, ya que frente a ella se ubica la escuela Juana C. Romero.
Lo que hoy se puede apreciar es una ciudad en ruinas, restos de muros, ladrillos que se desmoronan lentamente, madera carcomida por la polilla, casas incompletas de pie que se resisten a caer.
Las construcciones antiguas datan de hace unos 500 años y la más reciente alcanza el siglo de vida. Cada edificación tiene su propio diseño, se encuentra donde debería estar, nada es casualidad, todo conlleva una planeación.
