JUCHITÁN, Oaxaca.- La presencia de niñas, niños y adolescentes migrantes en la región del Istmo ha ido creciendo cada vez más, según los responsables del albergue “Hermanos en el Camino” de Ciudad Ixtepec; se trata de un aumento del 80 por ciento, en comparación con el 2022.
Paola Salcedo, encargada de dar acompañamiento psicosocial a los menores migrantes, señaló que se trata de una situación preocupante, pues estos menores son los que corren mayor riesgo durante la travesía que realizan.
Los menores -dijo- dejan de llevar una vida normal, modificando su manera de relacionarse, cuando son traídos por sus padres, en su ruta hacia la frontera norte del país.
Sostuvo que a diferencia de otros años cuando este fenómeno se daba con muchos adolescentes viajando solos, ahora la mayoría de estos menores vienen en familia.
“Disminuyó un 90 por ciento, ahora ya vienen acompañados, y la mayoría viene de Honduras, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Ecuador, Perú, Afganistán, Haití. De África llegamos a tener niños de 24 países”.
Debido a que estos menores modifican su manera de relacionarse con el mundo, se hace necesario la existencia de espacios donde puedan llevar una vida, la más cercana a la que tenían en sus países de origen.
Esto ha llevado a que el personal del albergue, fundado por el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra, y maestras de la escuela “Movilidad Migrante” trabajen más para disminuir estrés y depresión infantil.
“Que se sientan acogidos, comprendidos, sin prejuicios y que aprendan de la convivencia intercultural”, agregó Paola Salcedo.
Con dos semanas de haber llegado al Istmo, Vivian Lizet González Flores, joven migrante de nacionalidad hondureña, asegura que el sufrimiento de los menores de edad es muy grande; tener que dejar su casa, su país, para vivir prácticamente en la calle, “siento bastante pesar porque ver a estos niños es muy difícil”.
