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Pueblos istmeños apoyaron en la defensa de Juchitán

Foto(s): Cortesía
Gerardo Valdivieso Parada

JUCHITÁN, Oaxaca.- La Batalla del 5 de Septiembre de 1866 cumple su 156 aniversario y por este motivo, se dispuso un baile popular, inauguración de obras, festivales culturales y exposiciones dedicados al triunfo de las fuerzas republicanas sobre el imperio y la petición de uno de los pueblos vecinos para ser considerados en la conmemoración.

Apoyo de los pueblos istmeños

En Unión Hidalgo, que no existía como tal en 1866 sino varias rancherías que después poblarían el actual municipio zapoteco, el asesor de la Asamblea de Comuneros, Edgar Martín Regalado, hizo una sugerencia.

“Así como en septiembre de 1866 vinieron los tecos por nosotros para darle batalla a los franceses, también deberían invitarnos a conmemorar desde el lugar de los hechos. Sería justo que don Emilio Montero Pérez y el Cabildo de Juchitán extiendan una invitación a don Oscar Marín Gómez, representante comunal de Unión Hidalgo y líder de los defensores de la tierra y del territorio de Ranchu Gubiña, para que acuda a encabezar los actos conmemorativos del 5 de Septiembre en la ciudad hermana de Juchitán”.

Lo que se considera una batalla de los juchitecos, en realidad fue una batalla en la que estuvieron involucrados todos los pueblos de la región en una población estratégica: Juchitán. Participaron los pueblos de San Blas que formaba parte aún de Tehuantepec y tehuanos del bando republicano además de Ixtaltepec, Espinal, los pueblos de la zona oriente como Niltepec y hasta combatientes de Chiapas.

Táctica y estrategia

En septiembre de 1866 las fuerzas francesas al mando del general Bazaine seguían en la nación y los triunfos de Porfirio Díaz en Oaxaca serían posteriores a la batalla ganada en Juchitán. El visitador imperial Juan Pablo Franco se le encargó la tarea de exigir la rendición de la plaza que era resguarda por 500 soldados del batallón Zaragoza.

Llovía como actualmente sucede, el clima contribuyó al triunfo cuando dio tiempo para que la llegada de las tropas del imperio constituidas por el XIX Batallón conocida como “Cola del diablo” las fuerzas regionales comandadas por Remigio Toledo alcanzaban los dos mil 500 hombres bien pertrechados, no llegaran inmediatamente por el camino real por estar intransitables por las lluvias.

Las tropas invasoras tuvieron que rodear para entrar por Tlacotepec luego Ixtaltpece y Espinal, en estos pueblos se adelantaron las fuerzas republicanas para hostilizarlas y ganar tiempo para recibir el apoyo de los pueblos vecinos.

Desde el 4 de septiembre se dieron los enfrentamientos sin poder detener el avance de las fuerzas imperialistas hasta los callejones de la población, en donde las fuerzas que defendían iban en retirada hasta su centro de operaciones y refugio en el oriente de la ciudad en el punto conocido como Pozo Peralta.

Para el 5 de septiembre, el encargado de la defensa, Crisóforo Canseco, echó a andar la última parte del plan ideado junto con sus oficiales, la de tener a las fuerzas en el centro de la ciudad para realizar un ataque envolvente por los tres costados de la población dejando a propósito libre el sur para que los imperialistas huyeran por las zonas pantanosas en donde fue más fácil exterminarlos.

A 156 años de la batalla, tanto el Ayuntamiento como diversas asociaciones y grupos colocarán adornos florales y harán guardia de honor en el monumento a los Héroes Juchitecos en donde descansa un pequeño cañón que fue recobrado a los franceses.