Desde Estados Unidos y Canadá, se ha extendido al mundo la celebración de la noche de brujas. Esta tradición empezó con una simbología muy diferente, en las lejanas tierras de Irlanda y hace más de dos mil quinientos años. Era un festival en el que se despedía el verano, se honraba la cosecha y se reunían en el mismo plano los vivos y los muertos.
La Iglesia Católica lo satanizó y la modernidad lo retomó, para convertirlo en una de las fiestas más populares que hoy se ha extendido como un festín de brujas por el mundo entero.
La leyenda cuenta que las brujas se reunían en aquelarres dos veces al año convocadas por el Diablo: el 30 de abril y el 31 de octubre (las brujas de Halloween). Así, para muchos, esta noche no solo es conocida por sus fiestas repletas de calabaza y por ser vípera del día de Todos los Santos, sino también por dar la bienvenida a un nuevo año de brujería. Las brujas de Halloween simbolizan que este último día de octubre los poderes satánicos y la brujería está en su nivel más alto.
Por su carácter oculto, en el imaginario colectivo, las actividades de las brujas tienen lugar en las horas de oscuridad. Mujeres que vuelan en escobas a la luz de la luna llena, aquelarres iluminados por las llamas de una hoguera…, todo parece indicar que la noche es el momento preferido por este colectivo.
El poder de las brujasEn el folclore de la mayoría de países europeos, la Hora de las Brujas es el momento del día en el que se aparecen o tienen más fuerza los poderes de criaturas y entes sobrenaturales como demonios, fantasmas o brujas. Ese momento del día corresponde en todos los casos a horas nocturnas, aunque puede variar la franja horaria. Uno de los ejemplos más famosos de lo que sería la Hora de las Brujas como propicia a la aparición de espectros, lo encontramos en Hamlet de William Shakespeare. La obra da comienzo a medianoche, en el momento en que se aparece el fantasma del asesinado progenitor de Hamlet. La noche pasada, cuando esa misma estrella que está al occidente del polo había hecho ya su carrera, para iluminar aquel espacio del cielo donde ahora resplandece, Marcelo y yo, a tiempo que el reloj daba la una… vieron el espectro del difunto rey de Dinamarca.
Existen otros muchos ejemplos en la literatura en la que se menciona la medianoche como ese momento mágico. La medianoche solar es el momento opuesto al mediodía solar y a través de estos dos hitos se puede, según el pensamiento mágico tradicional, trazar un eje que comunica el mundo en el que nos movemos habitualmente con otros mundos que cobran vida con el perigeo de la luz. El caos, el inframundo, los seres sobrenaturales o la muerte se relacionan con este momento y se cubren de un halo de misterio.
En esa hora de las brujas, cercana a la medianoche, la tradiciones populares afirman que las criaturas sobrenaturales ven aumentar sus poderes y también es el mejor momento para recolectar las hierbas y otros ingredientes que se utilizan en pócimas, bebedizos, cremas, elixires y otras actividades mágicas. Aunque la creencia en la Hora de las Brujas es muy antigua, no se mencionó con este nombre exacto hasta 1835.
Las creencias populares y las leyendas sobre la Hora de las Brujas, llamada también «Hora mágica» varían de un lugar a otro, aunque las encontramos tanto en Europa como en el Oriente islámico. Suele señalarse como momento álgido la franja horaria entre las 12 (las 0 horas) y la 1 de la madrugada, aunque en algunos lugares indican que es entre las 11 de la noche y las 12. Las leyendas remarcan especialmente la parte negativa de lo que ocurre a esa hora y hablan de apariciones misteriosas de demonios, espíritus o brujas y de que para aquel que los ve, su visión supone un mal presagio y en muchos casos supone su prematuro fallecimiento. La parte positiva es que la medicina popular cree que las hierbas recogidas a la Hora de las Brujas verán aumentados sus efectos. Además, ese momento es en muchas historias antiguas, el indicado para encontrar tesoros o para la redención de almas condenadas.
Las Noches MágicasLos aspectos sobrenaturales de la Hora de las Brujas, según la tradición cristiana, heredera en muchos casos de rituales pre-cristianos, aumentan significativamente en algunas noches concretas del calendario. Las noches mágicas son en muchas tradiciones, la víspera del día de Navidad, la víspera de Año Nuevo, la noche antes del Viernes Santo, la Noche de Walpurgis y la Noche de San Juan, que es la anterior a la festividad del Santo.
En muchos lugares de Francia y Bohemia se creía, por ejemplo, que a la medianoche del día antes de Navidad, nuestra Nochebuena, el agua se convertía en vino y los animales que estaban en los establos empezaban a hablar como si fueran personas.
Una de las curiosidades de la Hora de las Brujas está relacionada con la Hora del Diablo. En muchos lugares la Hora de las Brujas se extiende entre medianoche y las 2 a.m. e incluso las 3 a.m. Esto sucede porque las 3 a.m. es considerada la hora del diablo como momento del día opuesto a las 3 p.m. que, según la tradición es la hora en que murió Jesús en la Cruz.
Entre las 3 y las 4 a.m. para la tradición cristiana aumenta de manera significativa la actividad sobrenatural y esto se debe a que, al parecer, en ese intervalo temporal no hay ninguna oración en las «Horas Canónicas» o rezos que se realizaban en la Edad Media en los monasterios. En ocasiones, mujeres encontradas solas a esas horas en el exterior, sin que hubiera un motivo claro para que estuvieran fuera de sus casas, fueron acusadas de brujería.
La psicología actual, parece haber encontrado una explicación para todas las apariciones que parecen haber tenido lugar a lo largo de los siglos en la llamada Hora de las Brujas. Dicen lo expertos que este tipo de presencias son sobre todo comunes entre las 2 y las 4 a.m. y que esto se corresponde con el aumento de melatonina corporal que se da de manera natural en torno a las 3 de la madrugada.
