El 13 de septiembre de 1847, los Niños Héroes nos dieron una lección de orgullo, coraje y dignidad, al resguardar el Castillo de Chapultepec frente al asalto de tropas invasoras.
Los norteamericanos se apoderaron del Molino del Rey, para llegar al Castillo de Chapultepec, sede del Colegio Militar en el que se encontraban más de 50 cadetes.
En aquel entonces, la defensa del Castillo fue comandada por el general Nicolás Bravo pero únicamente contaba con 800 soldados para defender la fortaleza contra los más de 7 mil soldados de Estados Unidos. Por lo que se dio la orden de que los cadetes menores de edad se retiraran, pero la mayoría no lo hizo.
Por otra parte los bombardeos continuaron pero fue durante la mañana de ese día que el ejército de Estados Unidos puso alto al fuego y comenzaron a ascender hacia el Castillo por la parte Oeste. Cuando los norteamericanos llegaron al Castillo unos cuantos soldados seguían en el recinto, entre ellos Juan Escutia, Vicente Suárez, Fernando Montes de Oca, Francisco Márquez, Agustín Melgar y el teniente Juan de la Barrera, quienes tenían entre 13 y 17 años de edad.
El entonces presidente Benito Juárez fue de los primeros en honrar oficialmente la gesta de los Niños Héroes, al decretar el 13 de septiembre día de luto nacional, en memoria de los cadetes que murieron en el Castillo de Chapultepec.
El mito de Juan Escutia, ¿Se aventó, cayó o lo empujaron?Diversos estudiosos precisan que Juan Escutia no se aventó por decisión propia, envuelto en la bandera mexicana, sino que fue abatido por las tropas enemigas.
La bandera mexicana en la que presuntamente se envolvió Juan Escutia, si fue capturada por Estados Unidos en aquella batalla, pero durante el sexenio de López Portillo (1976-1982) fue devuelta al gobierno mexicano.
Las historias sobre los Niños Héroes y la defensa del Colegio Militar se convirtieron en festejos de orgullo patrio que continuaron conmemorándose a lo largo de la historia de México, rindiendo honores a quienes lucharon por defender a México.
