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Ceremonia del petate permanece en fiestas titulares de Tehuantepec

Foto(s): Cortesía
Ángel Mendoza

Tehuantepec, Oax.- Las festividades en Tehuantepec están llenos de alegría, y de rituales zapotecas que hasta hoy permanecen en la memoria de algunos habitantes. Una de estas es la ceremonia del Petate, la cual se lleva a cabo durante las fiestas titulares. 

Los barrios que la celebran son Santa Cruz y Santa María, los otros dejaron de practicarlo con el paso del tiempo, entre ellos, San Blas Atempa, siendo que hasta hace un siglo y medio fue barrio de Tehuantepec. La ceremonia se realiza un sábado, después del Viernes Saa.  

De acuerdo a Daniel Peña, estudioso de las costumbres de Tehuantepec la ceremonia consiste en convocar a todos los barrios de Tehuantepec a la ayuda mutua para cubrir los gastos de la fiesta que por su duración de una semana representa un desgaste económico para los mayordomos. 

Desde temprano, se instalan unas mesas bajo la enramada, cada una está representada por un barrio de Tehuantepec (anteriormente eran petates) “las cuales serán ocupadas por las xhelaxhuanas quienes previamente han vendido el pan que les ha dado el mayordomo de la fiesta”. A este gesto de agradecimiento se recibe con un “cariñito”, un plato de guisado de res con un atole de leche. Con lo que se junte servirá para apoyar al mayordomo a cubrir los gastos de la fiesta.

La ceremonia es amenizada con música, cuyo sonido proviene de instrumentos prehispánicos como la flauta de carrizo, el tambor de cuero y caparazón de tortuga. 

Pascual Pin del barrio de Santa Cruz dice que los mayordomos de la fiesta ponen los productos y las invitadas de los diferentes barrios llegan a apoyar y vender lo que hay en las mesas.  

Comenta que cuando llega el mediodía se registra en un cuaderno la cantidad de lo vendido y se entrega a los mayordomos de la fiesta titular. Enseguida se preparan para tirada de frutas. 

Las fiestas titulares se practican desde tiempos antiguos, incluso desde antes de la llegada de los españoles en 1522, que sustituye el Vixhana, sacerdote entre los pueblos zapotecas, para denominar a los Shuanas, éste con dominio propio para ejercer la autoridad moral de cada barrio y quien compete la organización de las fiestas patronales en honor a los Santos, ídolos de los indígenas impuesta por España como autodominio del catolicismo entre los pueblos.