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Piñatas artesanales, una tradición que permance en el Istmo

Foto(s): Cortesía
Ángel Mendoza

Tehuantepec, Oax.- Zurita sale todos los días en su triciclo a vender las piñatas que elaboró con sus esposa, por estas fechas recorre las calles de Tehuantepec. 

Con la llegada de las fiestas decembrinas, se volverán a escuchar en las calles " dale, dale, dale, no pierdas en tino porque si lo pierdes, pierdes el camino", y Humberto no deja escapar la oportunidad de ofrecer sus piñatas. 

Instalado sobre Prolongación Hidalgo esquina con 22 de marzo, Humberto Zurita, exhibe en su triciclo algunas piñatas tradicionales de cinco y seis picos que elabora de manera artesanal con su esposa. 

"Tengo de todos los colores y con diseños propios" dice Zurita mientras hace cuentas de cuantas piñatas vendió en la mañana y las que le faltan para terminar el día. 

Zurita no dice su edad, pero al parecer supera los años 60 años. Vender piñatas es para él un medio para tener un ingreso extra, pues lo que gana como empleado no es suficiente, asegura. 

No sale todos los días a vender sus piñatas, solo cuando llega diciembre, el resto del año la gente llega a su casa a comprar el producto, muchos saben de la actividad familiar, comenta. 

Expresa que su esposa es la que más trabaja en la elaboración de las piñatas, y él ayuda con salir a las calles a vender el producto. 
 

Inclinado sobre un muro, Zurita se acerca a dar respuesta a un cliente que preguntó por el precio de una piñata, a 120 la que guste y se apresura a mostrar las piñatas que trae. 

La tradición de las piñatas data de mucho tiempo atrás, aunque no se tiene una fecha exacta de cuando llegaron a nuestro país. 

Una de las primeras versiones que se tiene esta ligada al continente asiático, donde habitantes rompían la figura de un buey y que de ella salían semillas como parte de la celebración del año nuevo.

Una referencia más cercana a nuestro país corresponde a la de los mayas, quienes jugaban con los ojos vendados colgando de una cuerda una olla de barro que debía ser rota para obtener el cacao que se encontraba dentro. 

Durante la conquista española, las piñatas tomaron un carácter religioso.