JUCHITÁN, Oaxaca.- Uno de los alimentos que se conserva por más tiempo es el totopo elaborado con el maíz nativo zapalote chico; los productores de este grano siguen trabajando sus cultivos a pesar de la contingencia por el COVID-19.
Este trabajo, realizado por siglos por los campesinos zapotecos, lo siguen realizando a pesar de la pandemia, se siguen levantando en la madrugada para realizar sus jornadas diarias y ahora “lo hacen con mayor dedicación para que no falten alimentos en nuestras mesas”, informó Tomás Chiñas Santiago, dirigente de la organización Tona Taati’.
Algunos campesinos han preparado desde hace tiempo sus terrenos y algunos ya tienen mazorcas, algunas de las cañas verdes del maíz lo destinaban a adornar las carretas en las festividades de mayo antiguamente realizadas para pedir un buen temporal para una buena cosecha ante la entrada de las lluvias.
Algunos otros ya piscan la mazorca para desgranar el maíz en sus casas, para luego mantener parte de ella para el autoconsumo y el resto para el comercio interno, de donde se abastecen las productoras de tortilla de maíz y de otras variedades de alimentos como los diversos tamales y panes de maíz.
“Los integrantes del Grupo de Trabajo Xuba' Binii, filial de la organización TonaTaati', tomando las medidas necesarias para evitar contagios durante la emergencia sanitaria por el COVID-19, producen maíz zapalote chico, raza prehistórica de maíz que se desarrolló con la cultura indígena en la planicie costera del Istmo oaxaqueño”, detalló el dirigente campesino.
Aunque cada día son escasos, el trabajo del campo es duro y poco redituado, cada día son menos las personas dispuestas a exponerse al sol en jornada extenuantes y prefieren los trabajos de la ciudad en la reconstrucción u otros oficios, aún así hay todavía campesinos apegados a su tierra.
“En el marco de la soberanía alimentaria, estos hombres del campo promueven la preservación, difusión y uso del maíz zapalote chico, que es la base de la dieta de nuestros pueblos”, culminó Chiñas Santiago.
