JUCHITÁN, Oaxaca.- Este 6 de febrero, día en que se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer, se informó que en la región del Istmo, el cáncer cérvicouterino es el mal que más afecta a las mujeres, principalmente indígenas; las razones están relacionadas con un deficiente sistema de salud, la ignorancia y las barreras culturales.
Minerva Saldaña Téllez, psiconcóloga que ha centrado sus estudios en la zona del Istmo, indicó que según estudios hechos en los hospitales públicos, principalmente en entrevistas al personal médico, se ha reportado que una de las barreras para la prevención oportuna del cáncer es estructural.
“Se encontraron diversas barreras estructurales reportadas por el personal de salud; dentro de las más mencionadas se encuentran las que tienen que ver con la organización, como las fallas en los procesos de envío de las muestras y obtención de resultados".
"La entrega de resultados es muy tardada, a veces tardan hasta tres meses en entregar el resultado de un examen citológico”.
El deficiente servicio de salud en el estado ha llevado a que no exista ni siquiera un lugar para obtener las muestras; se agrega la falta de insumos, la que siempre ha reclamado el personal, falta de guantes y otros materiales.
Ignorancia mortal
La otra barrera está relacionada con la ignorancia, los prejuicios, la pena, el tabú sexual, que la psiconcóloga ha denominado como barreras psicosociales; en el caso de la ignorancia sobre el cáncer cervicouterino algunas enfermeras han reportado: “les falta información porque hemos visto casos de mujeres que llegan muy estresadas porque tienen el virus del papiloma y piensan que se van a morir…”.
En la región del Istmo, la prevención del cáncer y su oportuna detención se da de frente con las barreras culturales y es que los grupos indígenas de la región son altamente machistas:
“La actitud negativa de las parejas no permite que las mujeres acudan a estos programas. Las mujeres no acceden a la toma de la prueba por la oposición por parte del marido, lo cual tiene una gran influencia en la mujer, puesto que la reacción de la pareja puede ejercer cierto grado de violencia en cualquiera de sus tipos”.
Derivado de estos estudios, se aconseja que las parejas también acudan a las pláticas para que sean sensibilizados.
“Se considera prudente incluir a los esposos en las campañas de difusión y de información, para lograr una actitud más favorable ante la prueba; además, se ha visto que si ellos saben que su salud está en juego, manifiestan mayor importancia a la prueba”.
