JUCHITÁN DE ZARAGOZA, Oaxaca.- Las calles de la ciudad zapoteca se llenaron de música y colores, con el paso de alumnos del CESEEO que desfilaron para recordar a los héroes de la Revolución Mexicana de 1910.
Fue un derroche de energía y vitalidad, donde demostraron sus habilidades y destrezas en los ejercicios rítmicos que ejecutaron ante la atenta mirada de las personas que se congregaron sobre el recorrido que inició en el Monumento a los Héroes Juchitecos de 1866.
Sobre la calle 16 de septiembre realizaron sus ejecuciones, con música y tablas gimnásticas, encabezando el desfile los pendones que recordaron a los héroes del movimiento armado en contra de Porfirio Díaz presidente de la república en ese entonces.
Ataviados con vestimenta de soldados franceses de aquella época, un grupo de alumnos se activaron con la música, realizando cada movimiento con precisión y gallardía.
Fue un pasaje que inició con el Porfiriato hasta llegar a la modernidad con éstas jovencitas.
Siguieron los que ejecutaron los vals del porfiriato, los preferidos de quienes eran de la clase alta, envolvían a los presentes al pasado.
Acto seguido, se presentaron alumnos de la carrera de educación física, quienes con saltos realizaban el manejo de una y hasta dos cuerdas.
Emotivo el desfile con los cadetes rojos y soldados que al ritmo de la música, maravillaban a los asistentes con mucha coordinación en sus ejecuciones.
Otro grupo de estudiantes de educación física, realizaban evoluciones sobre la marcha; más atrás, la demostración del deporte de tai kwon do donde hacían gala de la fuerza y precisión en sus ejecuciones.
En cada una de las esquinas de las calles, hacían las paradas, se escuchaba primero la reseña histórica del 20 de noviembre del 1810, donde se recordó a héroes como Francisco I. Madero, Francisco Villa, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, Aquiles Serdán y otros más que nos dieron estabilidad social.
Luego seguían con los bailes y movimientos gimnásticos que predominaron en el desfile, sin que hicieran falta Las Adelitas y Revolucionarios, además de modernos mariachis que dejaron de lado sus instrumentos para demostrar sus habilidades físicas.
La parada final fue en la explanada del palacio municipal, donde luces multicolores acompañaron a los participantes con sus ejecuciones motrices para despedirse con un tradicional cuadro mexicano de bailes.
