JUCHITÁN, México.- En Juchitán, Oaxaca, los zapotecas celebran a sus muertos. Este día que la comunidad católica recuerda con el Domingo de Ramos la entrada de Jesús de Nazaret a Jerusalén, en Juchitán, Oaxaca, es un encuentro entre vivos y muertos.
"Forma parte del inicio prácticamente de la Semana Santa, y aquí se conjuga la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, la pasión y resurrección de Jesucristo, en ese sentido la gente cree que los espíritus de sus familiares retornan el día de hoy", comentó Tomás Chiñas, de la Fundación Taati.
Como parte de esta tradición ancestral, se visita en el panteón municipal las tumbas de sus familiares fallecidos.
"Vienen, están con nosotros este día, pues como los estamos festejando, entonces regresan, vienen a visitarnos, están con nosotros, estamos conviviendo con ellos", dijo Beatriz Esteva Guerra, habitante de Juchitán.
Las tumbas son adornadas con flores, veladoras y fotografías del difunto.
Aquí, los familiares y amigos platican las anécdotas del difunto, mientras degustan de bebidas, dulces y platillos típicos.
"Aquí se dan sentimientos encontrados, lo mismo se llora de tristeza, de alegría, porque se da ese reencuentro en el sentimiento de los zapotecas", relató Tomás Chiñas Santiago, de la Fundación Tona Taati.
El panteón municipal es abarrotado por miles de personas para convivir con sus muertos hasta altas horas de la noche.
"Es un recuerdo, es una creencia que todos nos llevamos en los sentimientos y en la vida, aquí toda la gente viene, dicen que reviven", externó Lourdes Linares, habitantes de Juchitán.
Los zapotecas recuerdan así a sus fieles difuntos, conservando un singular sincretismo religioso.
La etnia zapoteca, es la única del país que inicia la Semana Santa conviviendo con sus muertos con la misma fe que otros pueblos de México lo hacen en la temporada de Todos Santos.
