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Se apaga la voz de la Alondra Zapoteca

Foto(s): Cortesía
Redacción

TEHUANTEPEC, Oaxaca.- El pasado martes falleció una de los personajes más queridos de Tehuantepec: Yolanda Virginia González Bielma, una figura cuya voz suave y aterciopelada cantó los sones tehuanos en las tres últimas presentaciones de la delegación de Tehuantepec en la Guelaguetza.


Aún siendo una persona adulta no perdió el timbre de su voz y en sus últimos años se presentó en innumerables eventos culturales, en donde cantaba los sones tradicionales con banda, pero siempre se identificó con los boleros románticos acompañados de guitarras y rondallas.


Apegada a la iglesia, a Yolanda González Bielma se le recuerda cantando en las misas, acompañada de jóvenes con guitarras, en donde entonaba las piezas sacras.


La cantante, que está en el catálogo de otras voces entrañables de la capital cultural del Istmo, como María Luisa Labriel, Elba Cabrera Trinidad o María Luisa Leyto Matanche, era oriunda del Barrio Laborío.


En sus entrevistas recordaba que su madre le contó que cuando tenía apenas 5 años de edad, la subieron a un banco para que cantara con la marimba en la boda de la hermana de su papá, un hecho que no recuerda, pero sí tuvo presente que empezó a cantar a los 17 años.


El historiador Mario Mecott Francisco, que la bautizó como “La Alondra Zapoteca”, recuerda que Yolanda González Bielma nunca cobró un peso por sus presentaciones en los eventos culturales donde iba a cantar; siempre accedía gustosa a participar.


Aunque no grabó un disco con la banda más emblemática de la ciudad, La Princesa Donají, sí cantó acompañada por la banda en las presentaciones de la Guelaguetza o cuando el público se lo pedía, recuerda Mecott Francisco.


Gustaba cantar las creaciones de los compositores tehuanos como Antonio Santos Cisneros, Eusebio Katts; al músico Adelaido Orozco Peña “Negro Laido”, le grabó en un disco especial la mayoría de sus creaciones.


A Yolanda González Bielma se le recuerda por canciones como “Espejito”, “Tanguyú” o “Maldito Son”, una pieza sacra que hizo famosa.


En sus últimos años se presentaba acompañada por el músico y compositor Eusebio Kats Reyna, ambos del Circulo de Autores, Compositores y Poetas Tehuanos, en donde cautivaba por los temas románticos que iba muy bien con su voz suave pero clara; con este último grabó varios discos.