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Muere el turismo en bahía La Ventosa

Foto(s): Cortesía
Redacción

SALINA CRUZ, Oaxaca.- De manera paulatina, año con año disminuye el número de visitantes que acuden a Bahía La Ventosa en las vacaciones de verano.


Aún cuando Puerto Escondido y Huatulco tuvieron cupos llenos en sus hoteles y playas, en Salina Cruz este conocido lugar recreativo reportó todo lo contrario.


Con la conclusión de las fiestas de los Lunes del Cerro en la capital oaxaqueña, los visitantes nacionales y extranjeros se desplazaron a los destinos de playa.


Pero no fue así para la agencia municipal de Ensenada La Ventosa, donde los pobladores ven cómo poco a poco el turismo decae en forma paulatina año con año, sin que nada puedan hacer para revertir esta situación.


Contaminación afecta a la pesca


Mucho tiene que ver la contaminación que genera la refinería "Antonio Dovalí Jaime" de Petróleos Mexicanos (Pemex).


Las aguas residuales de la refinería son vertidas en la bahía sin tratamiento alguno y esto afecta por igual a la pesca de escama, camarón y ostión.


Por la contaminación no logran cumplir su ciclo las larvas de camarón, por lo que la captura del producto es cada vez menor.


Adolfo Ruiz Díaz, vecino de esta localidad, complementa la actividad de pesca ribereña de escama, con la de ostión y auxilia a su pareja en la atención de una palapa a la orilla de la playa.


Refirió que este año la venta de pescados y mariscos fue mínima.


Esperaban que se compusiera esta situación con las vacaciones de verano; sin embargo, grande fue la sorpresa que todo va de mal en peor.


Los visitantes ya no consumen en palapas


Comentó que los tiempos han cambiado. La situación económica es muy difícil para todos.


Ahora los visitantes que arriban a la playa, buscan acomodo en las palapas abandonadas, pues ellos llevan consigo sus propios alimentos, refrescos y hasta cervezas.


Ya no se ven en la necesidad de consumir los productos que tienen en venta en las palapas y es que ahora ni siquiera ostión buscan, pues está en veda, dijo.


Este fin de semana, apenas un centenar de paseantes acudieron a esta playa.


Muchos se dispersaron en los numerosos puestos o palapas que hay en toda la orilla de la playa.


Otros más se protegieron del sol con sus propias lonas o en las palapas abandonadas.


El comerciante destacó que de no recuperarse su valor comercial y turístico, esta comunidad está destinada a desaparecer.