Pasar al contenido principal
x

Luce esplendorosa la primera regada

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- Desde que ocurrió el terremoto, aquella noche del jueves 7 de septiembre de 2017, la gente no se congregaba en las calles a ver pasar un convite de flores.


El año pasado, las vías juchitecas lucieron abatidas por los saldos de la desgracia, no hubo alegría, ni música, ni caballos, ni carretas, ni zapotecas compatiendo diversos artículos lanzados al aire para quienes acuden a las regadas; así se le denomina en diversos pueblos del Istmo al desfile que encabezan los mayordomos de alguna celebración patronal, en este caso, las velas. Se realizan al día siguiente de la noche de gala.


Sin embargo, este año, para la primera regada, la que corresponde a la Santa Cruz de los Pescadores, desde las cinco de la tarde del jueves, grupos de juchitecos se arremolinaron en las esquinas para esperar el paseo y "cachar" algunos de los artículos lanzados al aire por las zapotecas.


Las carretas con ramas de mazorcas y arreglos de flores antecedieron al desfile de los mayordomos salientes y entrantes, además de los socios de la vela ataviados con sus mejores galas, así como las muchachas con su huipil grande.



Decenas de capitanas y capitanes, ya sea a lomo de sus caballos o carros alegóricos, desfilaron por las principales calles partiendo de la Séptima Sección, lanzando al aire los regalos a la multitud que emocionada esperó para disfrutar este espectáculo por casi dos años.


Decenas de bandas de música amenizaron, confundiéndose su música entre sí en cada tramo del desfile. Decenas de jóvenes a caballo y señoras y señoritas al borde de los carros alegóricos, enfundadas en sus trajes regionales.


Un desfile interminable de música y de flores y abajo al pendiente de un regalo, la multitud que salta o se disputa un utensilio de plástico.



Así se va retomando, poco a poco, la tradición interrumpida por un terremoto que lo dejó con un año de luto y otro año de espera de la emoción de ver pasar la primera regada de mayo.


Aún cuando el Ayuntamiento dispuso de una cuadrilla para levantar los escombros por las calles por donde pasaría el convite, todavía se ven vestigios de casas en construcción o que están siendo demolidas para reconstruirlas.