JUCHITÁN, OAXACA.-Este sábado se celebró la vela Biadxi (ciruelo) con lo que inician las llamadas velas grandes y esta madrugada de domingo se llevaron a cabo las calendas del Santo Patrón San Vicente y por la noche se celebra la tradicional Vela Calvario, con lo que se entra a la parte mas intensa de las fiestas titulares en Juchitán.
Desde el día viernes se inició el cercado de la pista Miércoles Santo en donde se realizó la vela Biadxi, un espacio ya insuficiente para los que acuden a la celebración nocturna, y el sábado en la mañana se levantó el blanco telón.
La vela que inicia esta temporada de celebraciones es como la mayoría de éstas velas que forman parte de la recta final de las fiesta titulares, exigentes con la etiqueta, los caballeros deben ir vestidos de camisa blanca o guayabera y pantalón de vestir oscuro, las mujeres el riguroso traje de gala.
Mientras socios, mayordomos e invitados previeron todo para la vela de la noche del sábado, en la tarde los cohetes anunciaron el convite de flores de la vela Igú, cuyas carretas, mayordomos, damas con su huipil de cabeza, capitanas y capitanes además de la reina desfilaron por las principales calles de la ciudad.
Calenda a tope
Como todos los años la gente se agolpa en la vela Biadxi, una de las dos grande velas que se celebran en el barrio de Cheguigo, la gente apenas cabe y se arremolina en la pista para bailar los sones y la música tropical de los dos conjuntos que amenizan la noche.
En la pista la gran cantidad de personas apretujadas eleva los niveles del calor, el sudor de cientos de personas bailando logra incluso que eleven los sudores de tantos cuerpos y algunos testigos aseguran que llueve bajo el mismo telón.
A las cuatro de la mañana de hoy domingo tres padrinos partieron de sus respectivos domicilios para iniciar la calenda de las fiestas titulares del Santo Patrón San Vicente Ferrer, cada uno cumple con la responsabilidad de las tres sociedades que aparecen en este año.
En la víspera se cortaron las varas de carrizo verdes y se elaboraron los candiles de papel que portaran los amigos y conocidos de los padrinos de calenda, además de los mayordomos, los socios y pueblo en general que espera en las esquinas agregarse al festejo en la madrugada.
Cuando aún no asoma el sol la calenda circula por las principales calles de la ciudad gritando vivas al santo patrón acompañados de la banda de viento, durante el recorrido se reparten galones de “chingorolo” una bebida preparada y otro tanto de galones de mezcal.
La calenda culmina de regreso a la casa de los padrinos que ofrecen un desayuno los que cumplieron hasta el final con el festejo, con el sol saliendo se regresan finalmente a descansar a sus casas y prepararse para la siguiente vela.
