Nadia Altamirano Díaz
La alumna Biniza y la profesora Monserrat Sánchez lograron que el campus Ixtepec de la Universidad del Istmo les otorgara este viernes una disculpa pública y a la vez sentar un precedente a favor de la justicia, la dignidad y los derechos humanos de otras mujeres.
Las agresiones que comenzó a sufrir en 2019 Biniza como estudiante de la licenciatura en Derecho, vinieron de un profesor que era su tutor y titular de la asignatura de Derecho Civil, por lo que empezó a experimentar ansiedad y depresión.
Cuando acudió a pedir ayuda a las autoridades de su universidad, Biniza se encontró con personas como la doctora Cora Silvia Bonilla Carreón que trataron de convencerla de no hacer nada para evitar meterse en problemas.
A cambio, Biniza fue exhibida ante la comunidad estudiantil, se le responsabilizó de la agresión y el profesor que la agredió comenzó con represalias, por lo que el 8 de marzo de 2020 Biniza hizo una denuncia pública en espera de que el entonces rector del Suneo, Modesto Seara Vásquez, interviniera, pero el acoso se extendió y comenzó a recibirlo de parte de la comunidad estudiantil y la plantilla docente.
Tuvo que ser la Sala Constitucional y Cuarta Sala Penal del TSJE que conoció del expediente JPDH/02/2022, la que ordenó a la Universidad del Istmo a cumplir con medidas para una reparación integral del daño, entre ellas la disculpa pública que la rectora de la Universidad del Istmo, María de los Ángeles Peralta Arias.
La cronología parcial que leyó la rectora, revictimizando y mostrando una resistencia para reconocer los derechos reclamados por Biniza, lo que llevó a la joven a rechazar la disculpa pública ofrecida en el auditorio de la Universidad, ante sus familiares e integrantes de organizaciones.
La profesora Monserrat Sánchez recordó que en diciembre de 2020 su compañera Virginia Illescas fue despedida injustificadamente por dar también acompañamiento a Biniza y narró a detalle cómo enfrentó hostigamiento laboral y violencia comunitaria, pidiendo a las organizaciones presentes que estén vigilantes del cumplimiento de la sentencia y de su no revictimización.
La Red de Abogadas Indígenas calificó la disculpa pública como un hecho histórico que sienta un precedente y obliga a los centros educativos públicos y privados de todos los niveles a ser espacios libres de violencia de género en contra de las mujeres.
