SALINA CRUZ, Oaxaca.- Justo el día que cerró la temporada de pesca de camarón en el Océano Pacífico -el 20 de marzo- inició la cuarentena obligatoria, tras la declaratoria de contingencia sanitaria que realizó el gobierno federal, a raíz de la pandemia del Covid-19. Lo cual lo trajo consigo la paralización de diversos sectores, y el pesquero no fue la excepción.
La terrible coincidencia significó uno de los más duros golpes al sector de la pesca en las últimas décadas, castigado además por los bajísimos presupuestos anuales y la falta de apoyos para incentivar la producción.
Son 39 las embarcaciones salinacrúcenses que de septiembre de 2019 a marzo de 2020 se hicieron a la mar para la captura del crustáceo en el Golfo de Tehuantepec, producto sumamente apreciado en los mercados internacionales, especialmente el de Estados Unidos.
De esta forma, y luego de que el país de las barras y las estrellas cerrara sus fronteras, 200 toneladas de camarón de exportación se quedaron en las bodegas de los productores locales, confirmó el presidente de la Unión de Productores y Organizaciones de la Industria Pesquera del Estado de Oaxaca, Anselmo López Villalobos.
De una consulta realizada por NOTICIAS Voz e Imagen del Istmo en distintos portales de internet especializados, se pudo establecer que el precio de exportación de este producto ronda los 480 pesos por kilo.
El también presidente de la Alianza Pesquera y Acuícola de Guerrero, Oaxaca y Chiapas reveló que tras el impedimento para exportar, por los candados establecidos a raíz de la pandemia, tenían la esperanza de poder comercializar su producto en el mercado nacional; sin embargo, el mercado de pescados más grande de Latinoamérica: La Viga, en la ciudad México, también limitó actividades, al igual que el mercado de mariscos más grande de Guadalajara.
Además, ante el creciente avance en el número de contagios, se decretó la suspensión de actividades de Semana Santa, y la esperanza de comercializar el camarón entre los restaurantes nacionales también se diluyó. “Nos pegó mucho”, reconoce con cierto dejo de preocupación López Villalobos.
En general, apuntó, la economía del país está colapsada “y eso es muy lamentable”.
Ofrecimiento
Al ver el hundimiento de la economía, sobre todo de los sectores menos favorecidos, López Villalobos recordó que como sector, hicieron un ofrecimiento al Presidente Andrés Manuel López Obrador, “tomándole la palabra de contribuir con la economía familiar y propusimos poner a su disposición toda nuestra infraestructura pesquera con el efecto de que a través de algunos barcos dotar de manera gratuita a la población más necesitada un promedio de 40 a 60 toneladas de pescado”.
Los pescadores pondrían toda la infraestructura requerida, barcos y tripulación, sin cobro alguno para llevar a cabo lo que el empresario salinacrúcense consideró acción humanitaria.
Pero hasta el momento, “no ha habido respuesta, como que no les interesa el hecho de contribuir a la economía familiar o no sé qué está pasando”.
Pese al poco interés de los gobiernos federal y estatal ante esta oferta, solo las poblaciones de San Pedro Pochutla y Salina Cruz respondieron al llamado.
Las trabas
El líder pesquero criticó el que los programas de rescate económico anunciado por los gobiernos federal y estatal “tienen reglas de operación muy difíciles de cumplir por la gente más jodida y los pequeños empresarios… no muy claras por cierto”.
En tal sentido, indicó que el panorama “es muy desalentador” tanto en el sector pesquero como en el resto de los sectores productivos. Aun así, reconoció, tienen la esperanza de que el gobierno “reactive la economía con programas que sean accesibles y que realmente contribuyan a generar una derrama economía que tanta falta hacen ahorita”.
