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Rechazo de comunidades

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- Después de que la Secretaría de Energía presentó la lista definitiva de ganadores de la segunda subasta de largo plazo para proyectos de generación de energía, en donde se encuentra el eólico “Gunaa Sicarú”, organizaciones locales opositoras se pronunciaron contra la acción del gobierno federal, pues no se consultó a los pueblos.


La integrante de la Asamblea de los Pueblos Indígenas en Defensa de la Tierra y el Territorio, Bettina Cruz Velázquez, argumentó que el Estado ni siquiera intenta escuchar a los pueblos originarios donde se instalan los proyectos, reiterando las constantes violaciones a los derechos de la comunidad.


“Nuevamente el gobierno mexicano otorga un contrato a un megaproyecto eólico, de 252 MW, que se pretende instalar ilegalmente en las tierras comunales de Juchitán, contradiciendo las recomendaciones del Grupo de Trabajo de Derechos Humanos y Empresas de la ONU tras su visita a México. El gobierno dispone de nuestro territorio para beneficio de empresas privadas, incluyendo industrias sumamente contaminantes, sin importarle los impactos destructivos en nuestros pueblos y cultura”, explicó.


Por su parte, Nashieeli Valencia Núnez, miembro de la  Articulación de Pueblos Originarios del Istmo Oaxaqueño en Defensa del Territorio (APOYO), precisó que se está a favor de la generación de energía basada en fuentes renovables siempre y cuando esté en manos de las comunidades.
“Se debe eliminar lo más rápido posible la emisión de gases de efecto invernadero, pues somos las comunidades indígenas, campesinas y pescadoras quienes más sufrimos las nefastas consecuencias del cambio climático, sin tener responsabilidad alguna en la generación del problema. Pero estamos en completo desacuerdo con la forma en que el gobierno mexicano y las empresas privadas nos están imponiendo megaproyectos autoritarios y violentos”.


Valencia Núñez, también integrante del Comité en Defensa de Territorio y la  Vida de Ixtepec, señaló que para que la transición energética sea socialmente viable, las comunidades indígenas deben de estar en el centro del proceso.