TEHUANTEPEC, Oaxaca.- El Cerro del Tigre o del Jaguar es un símbolo que representa los orígenes de la ciudad de Tehuantepec, es una referencia mística, vinculado a la cultura zapoteca.
Recibe el nombre toponímico de la ciudad: Tehuantepec (Tecuanitépetl), en la cima existe una capilla en honor a la "Pasión" o "Cruz Verde" del "Cerro del Tigre", que se venera cada año, durante el mes de mayo.
Desde la cima, se observa la planicie de Tehuantepec y San Blas Atempa, los Chimalapas, Guiengola y el Mar Superior. Debajo de la capilla se cree que hay un jeroglífico que describe al felino representativo de Tehuantepec, la cual quedó oculta por las rocas. Y aun cuando antropólogos han hecho expediciones en el lugar, no se ha ubicado la pintura rupestre, las lluvias de años atrás, bloquearon la entrada donde se cree esta la imagen.
Mario Mecott Francisco describe en su libro ¡Hay Nana! ¿Qué pasó?, que en los tiempos del Guisi'i el valle de Tehuantepec estaba poblado de jaguares que se encontraban en los cuatro puntos cardinales para resguardar la seguridad del reino zapoteca.
Desde abajo y hasta la cima del cerro se aprecian unas piedras gigantes alineadas, según cuenta la leyenda, que como el cerro estaba atestado de tigres ponía en riegos la integridad de los zapotecas, mandaron a traer un brujo huave, quien hizo salir del mar una tortuga gigante para devorar a los felinos, estos al ver al enorme galápago quedaron inmóviles.
Pero como la población también se espantó, el brujo convirtió también en piedra a la tortuga.
Desde entonces, se observa también una “tortuga de piedra”, relata Mecott Francisco.
Los zapotecas no tenían ninguna tradición o leyenda sobre su migración, según documentan los primeros escritos indigenistas, creían nacer directamente de las rocas, arboles, y de jaguares.
Llegar al cerro es sencillo, solo es necesario tener condición física, uno atraviesa las calles Máximo Ramón Ortiz y el Tigre, del barrio Guichivere parte alta.
