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La fuerza de Juchitán reside en su cultura

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- En homenaje a los acaecidos por el terremoto y en agradecimiento a los que se solidarizaron enviando ayuda en los momentos más difíciles, se montó la participación de la delegación que representará a este municipio en la Guelaguetza, y mismo que fue avalado por el Comité de Autenticidad, teniendo como fondo el semidestruído templo de San Vicente Ferrer, patrono de los juchitecos.


Para este año, la delegación está bajo la dirección del maestro Jorge Tonche Jiménez, quién quiso aprovechar el escenario de los Lunes del Cerro para presentar una serie de sones que muestren el luto que aún mantienen los juchitecos por lo perdido en los sismos, pero también para mostrar que su fuerza sigue residiendo en su cultura.


“Traté de hacer un homenaje hacia las personas que desgraciadamente perdieron la vida en el pasado sismo y también de las cosas que nosotros perdimos, emblemáticamente como Juchitán, que nos da identidad”.


Durante la ejecución de los sones tradicionales se fueron mostrando las figuras e imágenes como la iglesia, el palacio municipal, la antigua escuela Centro Escolar Juchitán, que quedaron dañados o semidestruídos.


Era inevitable tocar el riguroso luto que se lleva en Juchitán cuando alguien fallece.


“Mostrar esta parte mítica y cultural que nosotros tenemos muy arraigado como juchitecos cuando nos pasan esta clase de cosas, como es el duelo de los 40 días o un año, porque estamos de luto”.


Pero la propuesta de Juchitán para la Guelaguetza no se queda en el dolor de la muerte, “también tenemos el interés y la fortaleza de salir, de volver a recuperar culturalmente lo que teníamos, de salir adelante como pueblo”.


En la representación no se niega el ser de Juchitán, “que es un pueblo alegre, de fiestas, de emociones y tradiciones; en estos momentos lo tenemos parado por la misma contingencia, pero al mismo tiempo tenemos la entereza de seguir con nuestra cultura”.


Y el reflejo de la cultura es la ejecución de los sones y uno de los sones que nunca ha abierto una participación de la delegación de Juchitán por ser un son que se ejecuta en los momentos más tristes de los juchitecos, a la hora en que el ser querido baja a la tumba: “Guendanabani”.


La pieza que resume la filosofía de los zapotecos de la vida y de la muerte tendrá su hora estelar en esta edicón de la Guelaguetza y servirá para dar a conocer el luto, pero también que en la cultura está la fortaleza de los juchitecos.


“Es válido, Guendanabani nunca había tenido la oportunidad ideal, es el himno a la muerte, pero también nos identifica como zapotecos, ya que mueve fibras y sentimientos, ¿quién no ha llorado con este son cuando se despide de un ser querido?”


La ejecución de los sones marcará el proceso que seguirán los juchitecos del luto a la algarabía de la mano de los sones tradicionales: “Al final de cuentas, Juchitán tendrá que volver a nuestro esplendor de antes con nuestros sones, porque no vamos a dejar de ser un pueblo alegre; claro, superaremos estos momentos dificiles cuando ya tengamos reconstruidos nuestros hogares, nuestros edificios emblemáticos”.


Se va a aprovechar el escenario para agradecer a las miles de personas que estando lejos enviaron ayuda a los juchitecos: “en el momento de desgracia recibimos apoyo de todos lados, de gente altruista, desinteresadas, también es importante agradecerlo y este es el momento; por eso la participación termina con un agradecimiento de un pueblo que recibió el apoyo cuando más lo necesitaba”.


Serán siete sones los que se ejecutarán durante la participación en la Guelaguetza: Guendanabani, La Llorona, Martiniana, Fandango Teco, Laurean, Vals zapateado y El Feo. Acompañó a este colectivo las notas de la marimba del maestro Paulo Gerónimo y Alfredo Vicente, así como la banda regional Santa Cecilia.