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Cumplen tehuanos con "la traída de la flor"

Foto(s): Cortesía
Ángel Mendoza

TEHUANTEPEC, OAX.- La fiesta en honor a Santo Domingo de Guzmán inició con un derroche de alegría y folclor, donde cientos de fieles se congregaron en las calles para ser partícipes de esta añeja celebración.


Era el mediodía y los pequeños destellos de luz entraban por la enramada, los anfitriones preparaban la bebida que habrían de repartir durante el trayecto a Palo Grande. Algunos más distribuían los sombreros de palma y otros, carrizos.
 



Algarabia por el Santo


Con los últimos rayos del sol del mediodía y la suave brisa del atardecer, los feligreses acompañaron a los anfitriones de esta festividad, salieron de la enramada rumbo a Palo Grande para traer la flor de la montaña.
Entre copa y copa de mistela (una combinación de mezcal y jugo de curado) los devotos recorrieron las principales calles de la ciudad al ritmo de la banda de música.


El recorrido fue muy concurrido, las mujeres iban vestidas con ropa típica y casual, mientras que los hombres un tanto más informales, coreaban el nombre de Santo Domingo de Guzmán.


La ciudad de Tehuantepec celebra a su Santo Patrono: Santo Domingo de Guzmán, religioso dominico. Fue impuesto por Fray Bartolomé de las Casas, en su estancia en Oaxaca, cuando visitó el convento que edificara el Rey Cosijopi en el siglo XVI.
Al llegar a Palo Grande, los feligreses bailaron con la flor entre sus hombros, se turnaban cada vez que cambiaba de ritmo la música. Nadie quiso perder la oportunidad de estar a mano con el Santo Patrono.



 

Una celebracion antigüa


Palo Grande es un árbol de unos 20 metros de alto. La tradición comenta que allí se recibían las flores que traían de la montaña de Lachiguiri. En el lugar se baila el Son Bandaga.


El árbol se encuentra dentro de las labores del barrio de San Sebastián, lugar donde se les recibía con sones por quienes esperaban que la flor llegara del pueblo de Santiago Lachiguiri, para poder adornar el altar de sus iglesias.


Según el cronista de la ciudad, Rómulo Jiménez Celaya, en la traída de flores los asistentes van acompañados de una banda de música. Al llegar a la enramada, los Principales realizan con los bejucos una especie de cadena que se pondrán en sus sombreros, y apartan otras que cargarán los Shelashuanas (esposa de los Shuanas) para el convite de flores, la cual se realiza el mismo día por la tarde.


La traída de la flor se recuerda cuando los agricultores iban en busca de flores a sus huertos, para adornar el altar del Santo Patrono en su día.


En el convite de flores las carretas van adornadas de flores, los Principales portan las velas que serán encendidas al Santo Patrón el cuatro de agosto en su atrio, además las señoritas y niñas cortarán las flores para adornar el altar.
El convite de flores consistía en que todos los gremios acompañarán a dejar las flores a la iglesia, congregaba a los campesinos que cultivaban las flores para el Santo Patrón; a los pescadores, a los Shuanas o cuidadores de las iglesias de los distintos barrios portando las velas labradas.


Ir a traer la flor a Palo Grande es una tradición antigua, la cual surgió con la llegada de las misiones dominicas que lo incorporaron a las festividades religiosas, afirmó el historiador Mario Mecott Francisco.


Relató que la celebración consiste en ir traer las flores a Palo Grande, antiguamente era por donde se entraba y salía de Tehuantepec hacia Oaxaca de Juárez y la Ciudad de México.  En este punto se recogían las flores que envíaban las autoridades de Santiago Lachiguiri.
"Se recogen en dos tercios, consistente en pajas, laurel y palmas con los que han de bailar los Shuanas y Shelashuanas el Son Bandaga. En Palo Grande se encuentra un enorme árbol, donde se baila y se bebe al ritmo de sones antiguos".
 


La purificación


Participan en esta celebración el pueblo en general, recorren todas las iglesias que están dentro del trayecto, en el camino degustan antojitos, dulces, refrescos, paletas y el tradicional mezcal.


El también director de Cultura Municipal señaló que la ceremonia es como un carnaval indígena, donde predomina la algarabía de los asistentes. De regreso a la enramada, los Shuanas realizan un ritual prehispánico con mezcal o anisado para bendecir las flores. Al concluir el proceso de purificación se llevan las palmas para que lo Shuanas y Shelashuanas las porten en el recorrido del tradicional convite de flores.


Al concluir la enramada la gente descansa mientras saborea una taza de chocolate. La procesión es encabezada por la banda de música, seguida de las carreteras de vistosos adornos. Los Shuanas y Shelashuanas se presentan con el Santo Patrono para dejarle sus velas, las cuales han de prender al siguiente día en su honor. El paseo finaliza en la Catedral de Santo Domingo de Guzmán con bailes ancestrales.


De esta manera es como los antiguos barrios del centro de Tehuantepec celebran la víspera de cada fiesta.