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Abren pescadores ciclo de Velas en el Istmo

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- Luego de una espera de dos años, el telón de la primera vela de las fiestas titulares, la Santa Cruz de los Pescadores, ondea blanquísimo en el cielo de la Séptima Sección, llamando a la fiesta de la noche.


Nuevor aires


Los caballeros sacan del clóset la mejor guayabera y el pantalón oscuro; las mujeres mandan a plisar el holán y lo cosen a la mejor enagua o el traje bordado de flores, desde la mañana ya han adquirido las flores frescas de su tocado en el mercado y han quedado con el estilista para hacerse su peinado.


La pista que sirvió de albergue luego del sismo del 7 de septiembre, en donde hombres, mujeres y niños se refugiaron en los primeros días del gran sacudimiento, en donde las mujeres derramaron lágrimas y gritaron cuando el brazo de la máquina daba el primer golpe a la antigua capilla mientras sonaba el son Guzebenda (pescador) el himno de los pescadores, ha quedado atrás.


Frente a una nueva capilla, la pista de la vela reúne a los hombres en la faena de erguir con la sapiencia de la costumbre los grandes palos en donde se anudarán las cuerdas que contendrán los dos telones, que guardados en la bodega oscura por dos años se despliegan bajo el sol resplandeciente y sin nubes de un abril que se despide.


Ni la economía que aún no se recupera totalmente -aún hay familias en la Séptima bajo lonas-, ni la inseguridad que da su golpe de sangre en las calles y en las casas de la ciudad, impiden que la gente llegue como un río que arrastra cartones bajo el hombro y mujeres en traje de gala con su billete envuelto en una servilleta en la mano.


Aunque no se llega al tumulto del 2017, cuando no cabía ni un alfiler y no alcanzaban las sillas para sentar a los invitados, para este año no se ha llegado a ese punto hay sillas de sobra e incluso se ven espacios vacíos, pero la pista se llena de bailadores, y la gente circula libremente no como antaño en que era imposible moverse entre tanta gente.


Protocolo


La reina Blanca Estela I abre el baile con sus princesas y sus acompañantes, danza con el traje típico los primeros sones tradicionales, y después de ser coronada da un discurso en zapoteco “quién lo dudó, aquí estamos otra vez, cumpliendo con la Santa Cruz de los Pescadores, aquí estamos”.


La noche discurre, la gente sigue entrando a dejar su cartón y su limosna, los dos conjuntos musicales alternan con la música de moda, en la pista se confunden las jóvenes parejas, los casados, los ancianos, las señoras que bailan abrazadas y hasta los niños.


La vela llega al clímax en las primeras horas del 1 de mayo, y la vela que ha empezado en abril ya es una vela de mayo, los socios convocan a los mayordomos que ahora ya son salientes y a los entrantes, los sientan unos frente a otros.


Después de los discursos en zapoteco los que tuvieron la encomienda este año, los mayordomos salientes, entregan la responsabilidad representado en una gladiola, se abrazan, se felicitan, los felicitan los socios, los familiares, los conocidos, tocan el son de la vela, lo bailan los mayordomos y los socias.