Pasar al contenido principal
x

Iglesias, en la mira de asaltantes; se llevan imágenes y prendas

Foto(s): Cortesía
Ángel Mendoza

TEHUANTEPEC, Oaxaca.- El saqueo de piezas religiosas de gran valor es cada vez más común en las iglesias católicas, y muchos de los casos quedan impunes. Esta es una preocupación que los nuevos Shuanas de los diferentes barrios de Tehuantepec en las que habrán de poner mayor atención para evitar que continúen estos robos.

En las iglesias de VIxhana, Guichivere, San Juanico, Portilllo San Antonio y otros, se han suscitado robos de imágenes religiosas y prendas de los santos, algunos con denuncias y otros en el anonimato, pero en ninguna se ha dado con él o los presuntos responsables de este tipo de delito. 

Un caso muy conocido fue el robo de las joyas y objetos de valor del santo patrón de la iglesia de Portillo San Antonio. El cuerpo de Shuanas denunció en aquel tiempo ante las autoridades judiciales el robo de las piezas de gran valor económico, pero sobre todo, emocional y simbólico para los habitantes del barrio. 

La iglesia de San Juanico también fue objeto de robo, según denuncia expuesta por el cuerpo de Shuanas del barrio. Y ante otro posible robo de las imágenes religiosas, optaron por proteger sus reliquias creando un cerco perimetral para evitar que personas ajenas entren al lugar y sustraigan los santos o sus prendas.

El Shuana de la iglesia de Vixhana, José Rodríguez exigió en su momento a las corporaciones de seguridad publica recorridos de vigilancia, ya que el templo se encuentra en un lugar donde hay poca iluminación durante las noches, ideal para amantes de lo ajeno.

Como en las demás iglesias de Tehuantepec, Vixhana también fue víctima de la delincuencia, los delincuentes se llevaron el cableado eléctrico e ingresaron a la iglesia, forzando una de las puertas.

Los feligreses señalan que más que disputas internas, los Shuanas deberán preocuparse en cuidar las imágenes religiosas y pedir mayor seguridad en los alrededores de los espacios religiosos para evitar nuevos sacrilegios.

Las iglesias no han estado libres de la delincuencia, y los principales de cada barrio, deben ser guardianes no solo de las costumbres y tradiciones de los pueblos, sino ser garantes de lo que reciben.