SAN FRANCISCO DEL MAR, Oaxaca.- La siembra del limón se podría convertir en la mejor alternativa para los agricultores y uno de los principales cultivos en la zona oriente, donde las condiciones del clima y del terreno son óptimos para el cultivo de este cítrico.
El agricultor huave, Leonel Gómez Cruz, aseguró que el limón representa otra opción, pues sembrar hoy en día el maíz, sorgo o ajonjolí, que han fracasado por el ataque de plagas, enfermedades, falta de lluvias y últimamente los altos costos de los insumos, es un riesgo.
Con cinco hectáreas de limón criollo, dijo que es una variedad que tiene mucha aceptación entre los consumidores, principalmente en la región, donde la cultura gastronómica, prefiere el limón con mayor acidez.
“Es también una alternativa de trabajo y de ocupación de la tierra que antes se ocupaba para otros cultivos; hoy con el limón tenemos casi todo el año producción, si durante todo el año le das agua, lo fertilizas”.
Desde hace seis años, comenzó a sembrar las primeras plantas de limón, a las que les aplica abono orgánico; una mezcla de gallinaza y ceniza, que consiguen en la zona, y que les abarata los costos.
“A veces los productores tenemos prisas y por los tiempos de los precios, decidimos usar los fertilizantes químicos, pero optamos más por el abono orgánico”.
Los bajos precios que recibe el productor en gran medida están determinados por la estacionalidad de su producción que se concentra en pocos meses, originando la caída de los precios en ese periodo.
Actualmente el mercado istmeño está dominado por productores de la región de la costa oaxaqueña, de Magdalena Tequisistlán y de la región de Tuxtepec, eso ha significado problemas para comercializar su producción.
Otro de los problemas que se tiene es que en la región, en cada casa hay un árbol de limón, utilizado por las familias para su consumo, por ello es necesario buscar un nuevo mercado donde vender su producción.
“El coyotaje es un problema histórico en el campo, y el limón no puede ser la excepción; alguien viene a comprarlo aquí y lo vende en Juchitán o en otras plazas y ahí ya se encarece y se llevan las mejores ganancias”, señaló Gómez Cruz, pues los acaparadores les pagan el kilogramo de 5 pesos y lo llegan a vender hasta en 25 pesos.
Pese a todo, insistió en que la siembra del limón, seguirá siendo una gran oportunidad para que los campesinos istmeños sigan produciendo sus tierras y ser parte del desarrollo de sus comunidades.
