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Cazorla, a dos años del atroz crimen; activistas y la comunidad diversa demandan justicia

Foto(s): Cortesía
Redacción

JUCHITÁN, Oaxaca.- Este martes se cumplen dos años del asesinato del empresario Oscar Cazorla, quien fuera ultimado en el cuarto de su hotel ubicado a media cuadra de su casa. Hasta ahora no se ha dado con el o los responsables del crimen.


La comunidad muxe' quedó sin una de sus figuras más notables, fundador de la primera festividad que reunió no solo a la comunidad diversa del país y del mundo, sino a la sociedad juchiteca que convivía con los muxe's.


La fiesta que inició en el patio trasero de su casa, se convirtió luego en la Vela de las Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro que inauguró el primer salón de fiestas de su propiedad, espacio que ya no alcanzó para recibir a las miles de personas que reúne la vela.


Se distinguió también por ser un empresario visionario, primero como comerciante de joyas, luego como empresario inmobiliario, fue el primero en construir un edificio de varios pisos para oficinas y casas-habitación; también invirtió en un hotel.



De su primer negocio, la joyería, llamaba la atención en las fiestas que acudía u organizaba, pues solía colgarse las joyas que atesoraba, desde los centenarios que colgaban de su pecho, hasta la gran cantidad de anillos que apenas cabían en sus dedos gordos.


Por su afición a las joyas fue objeto de asaltos, por lo que sustituyó su ajuar de oro por joyas de fantasía que igualmente lucía en las fiestas como Vela López, en la que era socio y otras velas en las que llegó a ser mayordomo, además de la Vela Muxe' de la que fue considerado “matriarca”.


Con el terremoto del 2017, como todos los juchitecos, la mayoría de su patrimonio se dañó como el salón de fiestas, el edificio, su casa y el hotel que tuvo que cerrar. En su última entrevista, lamentaba el daño a sus propiedades, pero estaba con ánimo para volverlos a levantar.


Fue una sacudida dolorosa para la comunidad muxe' el asesinato de Cazorla. Sus principales activistas y líderes exigieron justicia para el que consideraron un guía y ejemplo, no solo de trabajo tenaz, sino como modo de vivir alegre.


A dos años de su deceso, las organizaciones de derechos humanos y de lucha contra el VIH-SIDA, siguen demandando que el crimen cometido contra Oscar Cazorla no quede impune y archivado como muchos casos de asesinatos de odio contra los muxe's en la región del Istmo.