JUCHITÁN, Oaxaca.- Las empresas constructoras a las que les fueron entregadas tarjetas electrónicas de la Sedatu por parte de damnificados, están trabajando muy lentamente.
A seis meses del terremoto del 7 de septiembre no han entregado una sola casa; como ejemplo está la Fundación Carso, del empresario Carlos Slim, que ni siquiera ha logrado terminar su casa prototipo.
Los damnificados que entregaron tarde sus tarjetas electrónicas a las empresas constructoras por el asedio del personal de verificación de la Sedatu no han iniciado siquiera la construcción, pues les dicen que sus documentos están siendo analizados para ser aceptados.
Las lonas rotas por los vientos aún cuelgan en los patios y las casas de campaña chinas siguen siendo utilizadas por los damnificados que aún no tienen casa a seis meses del sismo, por lo que se asientan en sus patios o en la calle.
Hay personas cuyas casas resistieron al sismo, pero aún así viven en sus casas de campaña por miedo a las réplicas que aún se siguen sintiendo.
Sólo una parte de la ciudad está en reconstrucción. Las calles están invadidas con escombros y trabajadores haciendo mezcla, a veces cerrando toda una calle a la hora de colar los techos de las apenas construidas casas.
Generalmente son casas de concreto pequeñas. Los dueños viven en casas improvisadas en sus patios o en la calle, mientras sus casas están siendo terminadas.
Hay casas que apenas han terminado los cimientos o empiezan a colocar los primeros blocks que serán las paredes de su nuevo hogar.
Las casas son generalmente construidas con parte del dinero de las tarjetas otorgadas por el gobierno, el cual fue insuficiente.
La reconstrucción se retrasó también porque los materiales apenas están llegando. La varilla y el cemento que debieron llegar en enero, llegaron en parte a finales de febrero y la que prometieron las empresas materialistas en febrero, apenas está llegando en este mes.
